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Paseando por Casa Coscolo

21 viernes Ene 2022

Posted by Sollastre in GASTRONOMÍA, León, restaurantes

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bola, cocido, gabis, gabrieles, grabieles, olla, pelota, presa, principio, puchero, puchero de enfermo, relleno, sota caballo y rey, tumbo de olla, tumbos, vuelcos

Pocas ocasiones más gratas te brinda la vida que la poder ser partícipe, siquiera sea por unos momentos, de un sueño hecho realidad. Y esto es precisamente lo que pudo disfrutar hace unas semanas el paseante cuando tuvo la oportunidad de acercarse hasta Castrillo de los Polvazares, en plena Maragatería, para conocer, por fin, Casa Coscolo.

Un lugar que es algo más que un restaurante: es el resultado de una combinación de ilusión, de empeño, de días y noches de darle muchas vueltas a las cosas, de jugárselo todo a una carta y tirar p’alante… El fruto, en definitiva, de conjugar fuerza, pasión y sueños, como podrá comprobar cualquiera que se deje caer por allí.

Y hoy, casi veintitrés años más tarde, paseantes, viajeros o simples partidarios del buen yantar tenemos la posibilidad de acudir a esta casa para gozar de una propuesta que se ha ganado el cariño y el reconocimiento de quienes han tenido ya la oportunidad de degustarla.

Dejó dicho el maestro José Esteban que solo hay dos tipos de cocido: los buenos y los mejores. Y a fe de quien escribe estas líneas que el maragato de Casa Coscolo se encuentra entre estos últimos. Un cocido, además, que, sin abandonar su fundamento tradicional, incorpora toques personales que logran, de largo, justificar el acercarse hasta este pueblo de la Maragatería para conocerlo.

Presente todavía el buen sabor de boca que nos dejó nuestra visita pasearemos hoy, de la mano de Eva y Pedro, los protagonistas de este cuento con final feliz, por las palabras que el Diccionario de la lengua española asocia de manera directa a este plato que, en sus distintas variedades y con sus distintos nombres, puede lucir con orgullo el título de ser el verdadero común denominador de las distintas cocinas regionales de nuestro país.

cocido.- Voz derivada del participio de cocer, la Academia se ha mostrado siempre parca a la hora de definir este plato, pues desde el Diccionario de autoridades (1729) se limita a identificarlo con la olla.

olla.- Comida preparada con carne, tocino, legumbres y hortalizas, principalmente garbanzos y patatas, a lo que se añade a veces algún embuchado y todo junto se cuece y sazona.

A pesar de la definición lexicográfica, entre aquellos, y no son pocos, que han escrito sobre el cocido existe la opinión de que este es en realidad el «hijo evolucionado» de aquella, cuando no defienden, como hace Joaquín de Entrambasaguas en Gastronomía madrileña (1971), que se trata de realidades diferentes.

La palabra procede del latín olla, con el mismo significado.

puchero.- El DLE asegura desde 1970 que es «una especie de cocido, como el cocido español». Antes lo había definido como «el cocido que se encierra o contiene dentro del puchero»; como «cocido que se compone por lo común de carne, tocino, garbanzos y legumbres»; o lo había asimilado, igual que hace ahora con el cocido, directamente a la olla.

El apellido «español» genera al paseante la duda de si está referido a cualquiera de las variedades que se elaboran en nuestro país, desde el maragato hasta el extremeño, pasando por el lebaniego o el de Lalín, merecedores todos ellos, por lo tanto, de dicho calificativo, o si bien, dado que habla de «una especie de cocido», hace alusión al madrileño, considerado por muchos como una síntesis de los distintos cocidos patrios, el más representativo de todos ellos y el que define en muchos ámbitos este plato. En cuyo caso tal vez sería pertinente modificar el gentilicio.

El lexicón académico recoge también el puchero de enfermo, que es un cocido que se hace en el puchero, sin ingredientes que puedan ser nocivos a los estómagos delicados. En Aragón tienen su propia versión autóctona: la presa, cocido para enfermos hecho con menos ingredientes que el normal.

El origen de este término lo encontramos también en el latín: pultarius, derivado de puls, pultis ‘gachas’.

Visto lo visto, podríamos concluir que tanto olla como puchero y cocido se han usado frecuentemente de manera indistinta para referirse, con sus correspondientes variedades, a la comida que hoy nos ocupa.

principio.- Este es el paradójico, por no decir mal empleado, nombre que recibe el alimento que se servía —así, en pasado—después del cocido propiamente dicho y antes de los postres.

En su momento, como podemos leer en la edición de 1780 del diccionario académico, designaba, en plural y con mucha más lógica, lo contrario: aquellos comestibles que se ponían en la mesa para empezar a comer y, por extensión, a los primeros platos que se servían antes del cocido.

En la edición de 1803 se hablaba ya de cualquiera de los platos de vianda que se servían en la comida además del cocido y los postres, sin especificar el orden.

Y será en 1869 cuando pase a ocupar el lugar inmediatamente anterior a estos últimos, definición que se ha mantenido hasta nuestros días.

Etimológicamente deriva del latín principium, con el significado de ‘lo primero’.

gabrieles.- O grabieles, por metátesis, o, de manera más castiza, gabis.

Forma familiar de referirse a los garbanzos del cocido.

Es voz tenida tradicionalmente como propia de Madrid, y así la podemos encontrar ya en el Vocabulario de madrileñismos (1908) de Roberto Pastor y Molina.

La explicación más extendida sobre su origen nos dice que se llamó así a los garbanzos porque en muchas comarcas se siembran el día de san Gabriel, el 18 de marzo.

pelota.- Del occitano pelota, y este derivado del latín pila.

Es una especie de albóndiga de pan rallado, especias, huevo y en ocasiones carne picada, que suele añadirse al cocido en España.

Es conocida también, aunque no lo recoge el diccionario, como relleno y, en Guadalajara y Aragón, como bola.

Se la considera un recuerdo lejano de los huevos cocidos que incorporaba la adafina, el plato judío tradicionalmente considerado la madre de todas las posteriores ollas, cocidos y pucheros hispanos.

sota, caballo y rey.- Las tres figuras de la baraja española. Tres vocablos provenientes, una vez más en este paseo, del latín: rey, de rex, regis; caballo, de caballus ‘caballo de carga’; y sota de subtus ‘debajo’, por hallarse en esa posición respecto a las otras dos cartas.

Se emplea coloquialmente para referirse al conjunto de los tres platos en que se considera dividido el cocido —la sopa; las legumbres y las verduras; y las carnes—, pero también a la comida ordinaria compuesta de sopa, cocido y principio. En este caso se considera cocido a las dos partes restantes.

Esos tres pasos en que se divide el cocido son generalmente conocidos como vuelcos, aunque el Diccionario de la lengua española no hace mención a ello al definir este término. Sí lo hace indirectamente al recoger otra manera en que son llamados: tumbos, pues asegura que el tumbo de olla es el nombre que recibe, de manera coloquial, «cada uno de los tres vuelcos de la olla, es decir, caldo, legumbres y carne».

En lo que respecta a los vuelcos o tumbos, el cocido maragato —el que, al fin y al cabo, ha propiciado nuestro paseo de hoy por el diccionario— se caracteriza, lo que además lo diferencia de todos los otros que se cocinan en España, por el orden en que se sirve: primero se comen las carnes; después, los garbanzos y las verduras; y, por último, la sopa.

Sobre el origen de esta peculiaridad circulan diversas teorías, que van desde la Guerra de la Independencia a la propia actividad de los arrieros procedentes de aquellas tierras, pasando por la posible llegada imprevista de algún comensal no especialmente deseado o por la capacidad de la sopa para confortar el estómago después de una comida en verdad copiosa.

Sea como fuere, lo cierto es que el cocido maragato es para este paseante, por derecho propio, uno de esos patrimonios inmateriales que merecen todos los esfuerzos que se lleven a cabo para conservarlos.

La cita de hoy

«Nunca es tarde si el cocido es bueno».

José Esteban

El reto de la semana

¿Con qué sería lógico que rematáramos —y que, no podía ser de otro modo, recoge el DLE— este paseo gastronómico maragato tirando de una de las palabras que nos hemos encontrado en él, aunque en esta ocasión en su acepción primaria?

(La respuesta, como siempre, en la página ‘Los retos’)

Un paseo muy casquero

14 martes Jul 2020

Posted by Sollastre in Casquería, GASTRONOMÍA, LIBROS

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caer como un hígado, chanfaina, dar morcilla, gallinejas, hasta el tuétano, higadillo, morcilla, sacarle los tuétanos a alguien, tener el hígado a la italiana, tener el hígado a la vinagreta, tuétano

Hace ya cinco años dedicábamos un paseo visceral a un restaurante abierto pocas semanas antes: La Tasquería, la apuesta profesional y casi nos atreveríamos a decir que vital de un joven cocinero, Javi Estévez, con un planteamiento arriesgado —como todos los que merecen la pena, por lo tanto—: servir únicamente, o casi, platos que tuvieran como principal ingrediente algún elemento de casquería. Un local que, además, contaba ya a priori con la complicidad del paseante debido al juego de palabras que refleja su nombre.

La idea, audaz, como decíamos, consistía en recuperar la tradición «casquera» —y lo escribimos entre comillas porque la RAE no recoge este adjetivo en relación a la casquería— de Madrid a la vez que se daba una vuelta de tuerca para ponerla al día aprovechando todas las posibilidades que ofrece, en técnicas y productos, la gastronomía de nuestros días.

Cinco años después aquel proyecto es una realidad consolidada que cuenta incluso con el reconocimiento de una estrella Michelin. Y tras su reapertura tras el obligado cierre debido a la pandemia que nos afecta, los que nos enamoramos de este concepto y de sus creaciones desde que lo conocimos hemos tenido la suerte de poder disfrutar además del libro Casquería, editado hace apenas unos días por la editorial Montagud, en el que el chef nos muestra su filosofía, su cariño y su incesante búsqueda de renovación y de ir siempre un paso más allá en la búsqueda de nuevas formas de disfrute de unos productos que, a pesar de su tradicional consideración como humildes, cuentan con numerosos partidarios.

Pasearemos hoy, por lo tanto, por cinco palabras —con origen cuando menos interesante, como enseguida veremos— encontradas en las entrañas, nunca mejor dicho, de un libro que, ya ha quedado dicho, no se trata de un mero recetario y que demuestra que en ocasiones los sueños se cumplen. Con el deseo de que no sea el último de su autor y de que sigamos muchos años disfrutando con nuevas elaboraciones de estos productos que van encontrando cada vez más un reconocimiento que merecen por derecho propio.

chanfaina.- Palabra con una etimología que puede resultar curiosa a primera vista, pues consiste en una alteración del antiguo sanfoina, este del latín symphonĭa ‘concierto’, ‘música armónica’, ‘acompañamiento musical’, y este a su vez derivado del griego symphōnía.

Como ocurre a menudo en el mundo gastronómico se aplica este nombre a una serie de platos, similares en ocasiones pero no siempre coincidentes, según el ámbito geográfico del que se trate.

El DLE recoge tres: un guiso hecho de bofes o livianos —otros nombres que reciben los pulmones de la res—; en Málaga, uno compuesto de carne, morcilla o asadura de cerdo, en una salsa espesa hecha con aceite, vinagre, miga de pan, almendras, ajo, pimentón, orégano y tomillo; y, en Colombia, otro que se hace con carne de oveja en cordero.

Es precisamente en el español de América donde se dispara la variedad gastronómica con este nombre, además de la ya citada del país caribeño. Allí, según el Diccionario de americanismos (2010), encontramos:

En México, el pulmón, hígado y corazón guisados de cerdo y otro guiso elaborado con arroz y picadillo de menudencias de res.

En Bolivia, Chile y Argentina una comida que se prepara friendo sangre de animal con los menudos bien picados, y con cebolla, ají, pimienta, vinagre y limón o vino.

En Honduras, Nicaragua y Panamá otra hecha de mezclar o revolver varios alimentos, sobre todo vísceras de cerdo que, generalmente, se comen por separado.

Solo en Nicaragua también una con cabeza de cerdo

En Ecuador, un plato elaborado con vísceras y carne de cerdo, verduras y papas.

En El Salvador, un guisado de carne de cerdo o de res con vegetales bien picados.

Finalmente, en Guatemala se llama así tanto a una fritura de panza y menudos de res como a una salsa espesa hecha de vísceras trituradas con miltomate y chile verde, sazonada con comino, ajo, orégano y achiote.

morcilla.- Seguimos con otra palabra de etimología peculiar, en este caso más bien hipotética, pues el DLE aventura que «quizá» provenga de la raíz de morcón —la tripa gruesa de algunos animales que se utiliza para hacer embutidos—, voz que «quizá» sea prerromana.

En cuanto a su definición, dice que es un trozo de tripa de cerdo, carnero o vaca, o materia análoga, rellena de sangre cocida, que se condimenta con especias y, frecuentemente, cebolla, y a la que suelen añadírsele otros ingredientes como arroz, piñones, miga de pan, etc.

Como ocurre con la chanfaina son numerosas las versiones de este embutido. En su Diccionario de gastronomía (1985) Carlos Delgado incluye hasta diecinueve modalidades que incluyen ingredientes tan variados como arroz; papada de cerdo; canela; frutos secos; calabaza; pella —manteca de cerdo—; higos; azúcar; boniato; anís; pasas; patata…

Antiguamente se llamaba asimismo morcilla a un trozo de carne envenenada utilizado para matar perros. De ahí la locución dar morcilla, con los sentidos de matar con ella y de, más suavemente, dar la lata, resultar molesto.

Por su parte, decirle a alguien que le den morcilla es una muestra de rechazo y desprecio, mientras que repetirse más que —o como—  la morcilla hace referencia al hecho de insistir en algo, de hacer o decir lo mismo de manera reiterada.

Finalmente, también se denomina morcilla, de manera coloquial, a la palabra o frase improvisadas fuera del guion que añade un actor a su papel al representarse un espectáculo.

gallinejas.-  Vocablo que perfectamente podía haber encontrado acomodo en el paseo que titulamos De Madrid… al diccionario, pues es tenido como el único plato que solo se vende y se consume en la Villa.

Siguiendo el discurrir de orígenes curiosos que nos marca el sendero de las palabras de nuestro paseo de hoy, encontramos que el de esta poco, o nada, tiene que ver con su realidad actual.

El diccionario de la RAE la define como tripas fritas de cordero o de cabrito, y que antes procedían de otros animales, que constituyen un plato popular de Madrid.

Pero esto no fue así hasta la última edición, la llamada del Tricentenario. Cuando la Academia recogió esta voz, en la edición de 1914, la definió como «tripas fritas de gallina y otras aves que se venden en los barrios extremos de Madrid». Esta redacción se mantuvo hasta la de 1984, en la que se sustituyó por «tripas fritas de gallinas y otras aves, y a veces de otros animales, que se venden en las calles o en establecimientos populares». Una de cal y otra de arena: se reconoce que pueden proceder de otros animales —lo que era una realidad, el cordero, desde hacía al menos más de un siglo—, pero se elimina la referencia a Madrid.

Finalmente, en 2014 se recoge ya la definición susomentada, mucho más correcta que las anteriores y por la que, según recordaba el entonces director de la RAE, Víctor García de la Concha, en la nota necrológica que escribió para el boletín de la institución, tanto batalló al final de sus días Camilo José Cela, en cuyos escritos, libros y artículos periodísticos, pueden rastrearse varias referencias a las gallinejas, si bien, eso sí, cayendo hasta 1997 en el mismo error de atribución de su origen en el que había incurrido la Academia durante décadas.

tuétano.- Posiblemente el producto de casquería que más se haya revalorizado —«puesto de moda», asegura Javi Estévez— en los últimos tiempos.

Se trata de la médula, la sustancia blanca del interior del hueso.

También se llama así a la parte interior de una raíz o tallo de una planta.

En un principio el DLE decía que derivaba del latín tūtus ΄defendido΄, ΄resguardado΄. Posteriormente, y así lo mantiene, estableció que procede de tútano, otra forma de llamarlo, hoy en desuso, que a su vez tendría su origen en la onomatopeya tut.

Ahora bien, si, tal y como dice el propio diccionario, una onomatopeya es la formación de una palabra por imitación del sonido de aquello que designa, cabe preguntarse si esa sustancia suave, tierna y mantecosa —como la definía el Diccionario de autoridades (1739)— realmente suena y si lo hace así.

La respuesta nos la ofrece Corominas. Asegura que tut es la imitación del sonido de un instrumento de viento. De ΄corneta΄ se pasó a ΄tubo΄, luego ΄agujero interior del hueso y, finalmente, el contenido de este. ΄

Las locuciones hasta el tuétano o hasta los tuétanos, que se suelen aplicar a sentimientos o actitudes, tienen el sentido de profundidad, de intensidad, de completitud.

Por su parte, sacarle los tuétanos a alguien significa sacarle el alma, aprovecharse económicamente de una persona haciéndole gastar cuanto tiene.

hígado.- Víscera voluminosa, propia de los animales vertebrados, que en los mamíferos tiene forma irregular y color rojo oscuro, está situada en la parte anterior y derecha del abdomen y desempeña varias funciones importantes, entre ellas la secreción de la bilis.

Junto con el corazón, los pulmones y la tráquea conforman la pieza de casquería conocida como asadura.

También se llama así a una glándula de diversos invertebrados que cumple funciones similares.

El de los animales pequeños, particularmente de las aves, recibe el nombre de higadillo.

Voz documentada en nuestra lengua por vez primera en 1335, si bien desde mediados del siglo xiii se empleaba la forma antigua fégado, hoy desaparecida.

Del latín vulgar ficătum, y este del latín [iecur] ficātum ‘[hígado] alimentado con higos’, alterado, como indica Corominas, por influjo de la denominación griega correspondiente sykōtón —derivada de sŷkon ‘higo’— imitado en latín vulgar con una pronunciación sýcotum.

Esta denominación se explica por la costumbre de los antiguos de alimentar con higos a los animales cuyo hígado comían.

Se usa también, generalmente en plural, con el significado de ánimo, valentía.

En algunos países americanos se denomina hígado coloquialmente y de manera despectiva a una persona desagradable, molesta, mientras que en Cuba se dice que la persona que está malhumorada tiene el hígado a la italiana o a la vinagreta y caer como un hígado a alguien es darle cien patadas, disgustarle mucho.

 

La cita de hoy

«Nada es lo mismo, nada permanece. Salvo la historia y la morcilla de mi tierra: se hacen las dos con sangre, se repiten».

Ángel González.

 

El reto de la semana

¿Qué sustancia que, jugando con las palabras, podríamos decir que tiene nombre de letra que nos cuenta su origen, seguro que nos encontramos en un paseo por productos de casquería?

(La respuesta, como siempre, en la página ‘Los retos’)

De paseo por Le Babachris

04 viernes Oct 2019

Posted by Sollastre in GASTRONOMÍA, restaurantes

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aguacate, azafrán, carpaccio, carpacho, cristiano, cristiano nuevo, cristiano viejo, hablar en cristiano, parecer vara de bajar aguacates, rancho de santa Bárbara, santabárbara, todo cristiano, volar la santabárbara, zafrán

 

Quienes tienen la costumbre de seguir estos paseos han podido comprobar en más de una ocasión que tanto Portugal como la comida se encuentran entre las predilecciones del paseante. Apegos estos dos que, además, le resultan muy fáciles de combinar, siendo un firme convencido de que es imposible no disfrutar del segundo estando en el primero.

Y como no todo allí van a ser bacalaos, tripas à moda de Porto, caldos verdes u otras preparaciones tradicionales, el destino, que en ocasiones decide hacernos un guiño por persona interpuesta, le llevó esta vez a descubrir, Le Babachris, un acogedor y sorprendente restaurante en Guimarães. Un concepto realmente innovador en el ambiente gastronómico vimarense resultado de una historia casi de película en la que el amor es el principal protagonista: el que sienten el uno por el otro sus dueños, Bárbara y Chris, portuguesa y balear que se conocieron en Francia; el amor por la ciudad; por la cocina; por la improvisación… Amor, en definitiva, que impregna la calidez que transmite un proyecto aún joven pero ya consolidado; en constante renovación, pero ya asentado.

Tres son las ideas fundamentales que inspiran y conforman esta apuesta, un buen ejemplo de que la vanguardia culinaria también puede arraigar y florecer en entornos tan históricos y tradicionales como el propio lugar que, no lo olvidemos, es la cuna de Portugal. Tres ideas que la magnífica cena que disfrutamos nos hizo interpretar de esta manera: Esencia, materializada en unos ingredientes sencillos, de mercado y de temporada, que trabajados con pasión y una creatividad respaldada por la experiencia —Simbiosis—  dan como resultado —Inspiración— unos bocados exquisitos cuya ejecución bien merece el calificativo de primorosa.

Pasearemos hoy por cinco vocablos sugeridos por la experiencia vivida —degustada más bien— en un local con cierto aire moderno que posee además la virtud de ser un lugar en el que la ausencia de distracciones sonoras permite potenciar con el de la conversación el placer de la comida.

santabárbara.- Término de marina que designa en una embarcación el compartimento destinado a guardar la pólvora, o la cámara por donde se comunica o se baja a él. En antiguos diccionarios náuticos se llamaba así también a una separación que en los buques de guerra de algún porte se hacía a popa, en la primera cubierta, para el juego de la caña del timón y como alojamiento de los oficiales mayores que ahora aparece como rancho de santa Bárbara en el DLE. Recibió este nombre por la costumbre de colocar en ese lugar una imagen de santa Bárbara, patrona de los artilleros. Virgen y mártir en Nicomedia, la tradición afirma que murió en el año 235 decapitada por su propio padre por haberse convertido al cristianismo. Él sería fulminado en el mismo sitio por un rayo poco tiempo después. Las locuciones verbales volar, o quemar, la santabárbara hacen referencia al hecho de adoptar una decisión extrema, sin tomar en consideración el daño que puedan causar los medios empleados.

carpacho.- La última edición del DLE ha incorporado esta adaptación a nuestro idioma de la voz italiana carpaccio —forma elegida cuando incluyó este vocablo por vez primera en 2001 y que sigue manteniendo—. Es un plato consistente en lonchas crudas de carne o pescado cortadas muy finas, maceradas en limón y aderezadas con aceite y parmesano o un poco de la salsa llamada «universale». (Nota al margen.- El paseante disfrutó en Le Babachris de uno delicioso de cerdo con crema de dicho queso). El nombre se debe a Giuseppe Cipriani, propietario del Harry’s Bar de Venecia, que en 1950 preparó esta comida para la condesa Amalia Nani Mocenigo, a quien el médico había prescrito una estricta dieta que excluía la carne cocinada. El color de la carne cruda le recordó al cocinero los tonos de los cuadros del pintor veneciano Vittore Carpaccio, en cuyo honor bautizó la nueva creación.

aguacate.- Del náhuatl ahuactl ‘fruto del aguacate’, ‘testículo’. Da nombre tanto a un árbol americano de la familia de las lauráceas como a, más frecuentemente, a su fruto. Este es comestible, de piel verde y rugosa, como tallada en pequeñas caras y pulpa mantecosa. De su forma da idea el origen de la palabra. También se denomina así a una esmeralda con forma de perilla. Además, en el español de América se ha utilizado para referirse metafóricamente a los testículos —Honduras, Nicaragua—; a los senos —Honduras—; a un miembro de la policía —Colombia—; a un varón que realiza el servicio militar —Cuba—; a alguien de carácter débil, poco animoso —El Salvador, Guatemala— o a aquel que resulta poco inteligente —Costa Rica, Cuba, El Salvador—. A su vez, la locución verbal parecer vara de bajar aguacates se aplica en Honduras a una persona que es muy alta y delgada. El aguacate es el ingrediente principal del guacamole.

azafrán.- Planta iridácea cuyos estigmas, que reciben el mismo nombre, se utilizan, además de en medicina, como condimento y para dar color amarillento a la comida. Desde 1970 el diccionario académico recoge también —como ya hiciera en las ediciones de 1803 y 1817—la forma zafrán. Procede del árabe andalusí azza’farán, y este del árabe clásico za’farān. Más poético resulta el origen de su nombre científico: Crocus sativus. Sebastián de Covarrubias recoge en su Tesoro de la lengua castellana o española (1611) que contaban los poetas que había un muchacho llamado Croco que estaba enamorado de una ninfa de nombre Smilace. Y «fue tan excesiva su pasión que derretido en su amor se convirtió en una flor amarilla, la cual conservó su nombre». Se llama también azafrán al color anaranjado semejante al que se obtiene del estigma de la planta —es el de las túnicas de los monjes budistas— y, en marina, a un madero que forma parte del timón.

cristiano.- Del latín christianus, procedente del griego christianós, de Christós, propiamente ‘ungido’. Se predica de lo relativo o perteneciente a la religión de cristo y de quien profesa su fe. De forma coloquial, aunque se encuentra en desuso, también se llama así al vino aguado. Como sustantivo es sinónimo de prójimo, hermano, ser humano, persona… Es término que aparece en numerosos dichos y locuciones. Hablar en cristiano, por ejemplo, significa hacerlo de una forma claramente comprensible para todos o en el idioma que todos entienden: el castellano, y todo cristiano se emplea para referirse a «todas las personas, todo el mundo». En España, durante el Antiguo Régimen (último tercio del siglo XV al primero del XIX ) se conocía como cristiano viejo a quien no tenía ascendientes musulmanes, judíos o no cristianos en general, en contraposición al cristiano nuevo, persona que se convertía y era bautizada de adulta.

 

La cita de hoy

«Funcionamos como una escuela porque formamos el paladar de las personas».

 Christian Rullán

 

El reto de la semana

Usando coloquialmente la cabeza, ¿con qué fruta —con la que además estaba elaborada la gelatina que acompañaba al carpaccio al que antes aludíamos— nos regalaríamos al terminar el paseo de hoy?

 

(La respuesta, como siempre, en la página ‘Los retos’)

Paseando con El Alquimista

21 miércoles Ago 2019

Posted by Sollastre in GASTRONOMÍA, restaurantes

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aguachile, ajenabe, ajenabo, alquimia, alquimista, betabel, betarraga, beterava, beterraga, hummus, humus, jenabe, jenable, luliano, lulismo, mostaza, remolacha

Una reciente visita a su querida Salamanca le ha servido al paseante para rememorar el título de uno de aquellos libros sobre esoterismo y otros mundos que tan en boga estaban en su ya lejana infancia lectora: La alquimia, ¿superciencia extraterrestre?, en el que los autores se preguntaban si los secretos de la energía y la materia habían sido ya descubiertos en otros puntos del espacio o del tiempo.

Y lo recordó porque tuvo la fortuna de disfrutar de la cocina del restaurante El Alquimista, el lugar donde César, Sandra y su equipo demuestran que con mucha vocación, sin necesidad de extender alfombras rojas y manteniendo los pies en la tierra a la hora de plasmar ese arte que consiste en la preparación de una buena comida, como define el DLE la gastronomía, es posible, buscando el contrapunto entre lo tradicional y lo moderno, lograr sabores tan intensos como ligeros, de esos que pasan a alojarse sin remedio en nuestra memoria sensorial. Si a ello unimos un magnífico servicio en una sala en la que te ves envuelto por un huerto vertical, una ola de platos de cerámica surcando la pared o coladores haciendo las veces del cañamazo de labores de punto de cruz… el resultado no puede ser otro que estar deseando ya regresar, mucho más pronto que tarde, en una nueva ocasión.

«Hay otros mundos, pero están en este», dejó escrito el escritor surrealista Paul Éluard, así que hoy pasearemos por cinco palabras encontradas en este local que, situado en «la plaza más bonita de Salamanca», según el parecer de sus propios creadores, nos confirma que en la capital charra existen otros universos muy merecedores de nuestra visita más allá del entorno de la Plaza Mayor.

alquimista.- La persona que practicaba la «alquimia» o lo referido o perteneciente a ella. Esta, cuyo nombre deriva del árabe andalusí alkímya, este del árabe clásico kīmiyā[‘], y este del griego chymeía ‘mezcla de líquidos’, consiste en una serie de experiencias, entreveradas con elementos esotéricos y mágicos, tendentes a la consecución de la transmutación de la materia. Surgida en los siglos III y IV, se trataba sustancialmente de un proceso simbólico en el que se buscaba la obtención de oro —a partir de otros metales— como símbolo de la iluminación y de la salvación. En el Diccionario académico nos encontramos con quien fue considerado uno de los más destacados alquimistas de su época: el filósofo Raimundo Lulio (1235-1315), presente en él a través de los términos «lulismo» —tendencia filosófica y mística basada en su obra— y «luliano» —lo perteneciente y relativo a él o a dicha tendencia—. Por otra parte, en México se emplea «alquimia» para referirse con carácter festivo a un fraude electoral.

aguachile.- Cuando el Diccionario de la lengua española incorporó este término en 2001 se limitó a señalar, además de su origen mexicano, que se trataba de un «caldo aguado de chile». En la última edición incorpora la definición que aparece en el Diccionario de americanismos y que resulta mucho más concreta: «caldo aguado de chile, tomate, camarón y especias». El nombre de este plato típico de la costa occidental de México, del que existen hoy múltiples variantes, está compuesto por las palabras «agua», del latín aqua, el líquido que es el componente más abundante en la superficie terrestre y que cuando se encuentra en estado puro es transparente, incoloro, insípido e inodoro, y «chile», del náhuatl chilli, nombre que recibe en varios países americanos el pimiento. Ingrediente principal de la cocina mexicana y símbolo de su identidad, en este país norteamericano existen hasta 50 tipos distintos.

remolacha.- Cultivo tradicional del campo salmantino, es una planta herbácea anual con tallo derecho y ramoso, hojas grandes, flores pequeñas, fruto seco y raíz grande, carnosa y encarnada, que es comestible. De ella se extrae azúcar —«remolacha azucarera»— y sirve como alimento del hombre y del ganado —«remolacha forrajera»—. Del italiano ramolaccio ‘variedad cultivada del rábano silvestre’, derivado del latín armoracium, y este del galo are more ‘cerca del mar’. Es también conocida como «betarraga», tomada del francés betterave, que con sus diversas variantes —«betabel», «beterava», «beterraga»…— es el término que pasó a América. El Diccionario de autoridades (1726) —en donde ambos términos aparecen documentados por vez primera en nuestra lengua— la definía, mientras que en remolacha se limitaba a remitir a ella. En nuestros días el DLE lo hace a la inversa.

hummus o humus.- Otro vocablo gastronómico que ha llegado al Diccionario de la lengua española en el siglo XXI. En este caso, en la conocida como edición del Tricentenario (2014). Originariamente se trata de una pasta de garbanzos aderezada con tahini —crema elaborada con semillas de sésamo molidas—, aceite de oliva, ajo y limón básicamente. En ocasiones se le añade también alguna especia picante. Plato muy popular en todo el Oriente Medio y algunas otras regiones del mediterráneo, se especula con que puede tener su origen en Egipto, donde la presencia del garbanzo en su cocina se remonta al Imperio Medio —hace 4000 años—. En su segunda forma no debe confundirse con la palabra homógrafa «humus», derivada del latín humus ‘tierra’, ‘suelo’, que hace referencia al mantillo, la capa superior del suelo formada por la descomposición de restos vegetales y, en menor medida, de animales.

mostaza.- Planta de las crucíferas con numerosas semillas de sabor picante que se emplean en cocina y en medicina. También se denomina así a la propia semilla, a la salsa que se elabora con ella y a un tipo de munición de perdigón de pequeño tamaño. Curiosamente, el nombre deriva del adjetivo latino mustaceus ‘de mosto’, por el condimento con que se elaboraba la salsa para mitigar su picor, y no, como parecería más lógico, de sināpi, nombre latino de la planta. Este, que a su vez procede del griego sínapi, sí se encuentra en el origen de «sinapismo», como ya vimos en su momento y de otro nombre que recibe la mostaza en nuestra lengua: «jenabe» —también en las formas «ajenabe», «ajenabo» y «jenable»—, del árabe andalusí *aššinab, evolución de la voz latina. Aunque sin gozar del aval académico, mostaza se emplea también para referirse a un color amarillo oscuro similar al de sus flores.

 

La cita de hoy

«Salamanca siempre deja un buen sabor de boca».

César Niño

El reto de la semana

Ya que hemos visitado México en nuestro paseo de hoy, ¿con qué licor —presente en la carta de El Alquimista, por supuesto— puro, es decir, que no es mezcla, podemos brindar hoy al terminar el paseo?

(La respuesta, como siempre, en la página ‘Los retos’)

De paseo con Trigo

05 martes Dic 2017

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berenjena, hinojo, pesto, restaurante Trigo, trigo, vichyssoise

Se acercó el paseante en esta ocasión hasta tierras pucelanas para asistir a un congreso de protocolo y comunicación. Y aunque la obligación deba ir por delante de la devoción, ello no significa en modo alguno que resulten incompatibles, por lo que encontró tiempo para asomarse también a algunos de los patios históricos de la ciudad, para seguir los pasos de Cipriano Salcedo, el protagonista de El hereje (1988) de Miguel Delibes y, no podía ser de otra manera conociéndole, para regalarse con una muestra de lo mejor de la gastronomía local.

Y ciertamente la elección para ello de Trigo no pudo resultar más acertada ni más conexiva a la vez, porque si en el perfil que deben reunir los responsables de protocolo ante los retos que los actuales cambios imponen a su tradicional cometido se encuentran aspectos tales como capacidad de evolucionar sin olvidar las raíces; profesionalidad basada en la tríada ‘trabajo, trabajo y trabajo’; equilibrio entre rigor y flexibilidad para no caer en la rigidez; labor en equipo con una clara diferenciación de tareas y delegación de competencias, así como la humildad necesaria para no perder de vista que el verdadero protagonista de la ‘función’ es el producto final, la impresión que con él logremos causar, no cabe la menor duda de que quien esto escribe encontró todo ello en este restaurante -que no por casualidad acaba de ser reconocido con una estrella Michelin- mientras disfrutaba de un menú que tampoco por azar lleva el nombre de Festival.

Por todo ello discurriremos hoy por cinco palabras espigadas -nunca mejor dicho- en su carta para rendir nuestro particular homenaje a quienes lo dirigen, Noemí y Víctor, así como a Jenniffer, Rubén y el resto de colaboradores, confiando en poder repetir visita a no mucho tardar. ¿Te apuntas, Susana?

trigo.- Género de plantas de la familia de las gramináceas de cuya semilla se obtiene la harina que se emplea más frecuentemente para elaborar pan. Originaria de la antigua Mesopotamia, es uno de los tres cereales más producidos en el mundo y consta de numerosas especies y multitud de variedades, de las que el DLE recoge hasta tres docenas -entre ellas el ya visitado en estos paseos trigo de Polonia o de Bona cultivado en León, tierra de origen de Noemí y Víctor-. El nombre, que designa tanto a la planta como a sus semillas, procede del latín tritīcum y podemos encontrarlo también en diversas locuciones. Valgan un par de ellas como muestra: no ser trigo limpio algo o alguien indica que no es un asunto o una persona tan bueno o transparente como aparenta, mientras que ¡vuelta la burra al trigo! se espeta a quien se empeña tercamente en volver sobre una cuestión que ya se daba por concluida o en actuar de la misma manera que ya ha probado ser ineficiente.

pesto.- Del italiano pesto, y este de pestato, participio de pestare ‘machacar, majar’. Salsa que se elabora coen albahaca, ajos, piñones, aceite de oliva, sal y quesos parmesano y pecorino (aunque la definición en el DLE no los incluye). En un principio servía para acompañar ñoquis, pasta o sopas. En italiano es conocido como pesto alla genovese por ser originario de la región de Liguria, cuya capital es Génova y donde se celebra el campeonato mundial de su preparación en mortero. Si bien la RAE no lo ha incorporado hasta 2014, podíamos encontrarlo hace ya tiempo en diversos diccionarios y vocabularios de países latinoamericanos, lugares en los que incluso aparecieron versiones locales de la receta, reflejo de la alta inmigración desde la península itálica. Además, como leemos en el Diccionario de americanismos, en Argentina y en Uruguay dar el o un pesto significa dar una paliza, derrotar ampliamente al rival en un deporte o reprender severamente a alguien (en referencia al significado original de machacado).

hinojo.- Volvemos con otra planta, en esta ocasión una herbácea umbelífera sumamente aromática, con un gusto dulce que recuerda al del anís y cuyo uso culinario resulta muy versátil: las semillas se emplean como especia, el bulbo como hortaliza y las hojas y los tallos picados como condimento. Empleado con frecuencia para adobar aceitunas, ya el Diccionario de autoridades (1734) indicaba que, según el médico y botánico Andrés Laguna de Segovia, la variedad silvestre se dulcificaba bastante al cultivarlo sembrando su semilla dentro de un higo seco (sic). El DLE recoge también la variedad conocida como hinojo marino, de sabor salado. Esta voz procede del latín tardío fenucŭlum, del latín clásico feniculum, diminutivo de fenum ‘heno’. La i encuentra su explicación en la confusión entre esta palabra y su homógrafa, derivada en este caso del latín vulgar genŭculum, hinojo ¨rodilla¨ (en donde encuentra su explicación la locución hincarse de hinojos).

berenjena.- Le toca ahora el turno a esta solanácea que se llama igual que su fruto, aovado y lleno de una pulpa blanquecina cubierta por una película de color morado. Proviene del árabe andalusí baḏinǧána, este del árabe clásico bāḏinǧānah y este del persa bātingān. Su uso se encuentra documentado en nuestro idioma desde principios del siglo XV, si bien hasta 1884 el Diccionario académico ofrecía la forma berengena. Literariamente se empleó también la grafía verengena (como podemos encontrar en obras de Delicado, Cervantes, Góngora…). La expresión coloquial meterse en un berenjenal viene a ser sinónimo de hacerlo en un lío del que resulta difícil salir y puede tener su origen tanto en los aguijones que cubren sus hojas, lo que dificulta su recolección, como en la mala fama que arrastra esta planta desde la antigüedad, pues ya Covarrubias (1611) resaltaba que los latinos la habían bautizado como ‘manzana loca’ porque supuestamente alteraba a los hombres, provocándoles lujuria.

vichyssoise.- Terminamos el paseo de hoy con un término que no solo no aparece en el Diccionario de la Lengua Española, sino que tampoco lo hace en el Dictionnaire de l’Académie française ni, con esta acepción, en el Trésor de la Langue Française (1971-1994), que recoge más de cien mil palabras del idioma vecino. Se trata de una crema a base de patatas, la parte blanca de puerros, caldo de ave y opcionalmente cebolla, ligada con crema o nata y condimentada con cebollino picado. Generalmente se toma fría. Su origen es discutido, aunque suele atribuirse a Louis Diat, chef francés del hotel Ritz-Carlton de Nueva York, quien habría modificado una receta tradicional y la habría bautizado así por haber nacido cerca de la ciudad de Vichy. Otra versión asegura que fue un cocinero de Bermeo, al servicio del embajador español ante el gobierno colaboracionista de Vichy durante la II Guerra Mundial, quien la habría creado como forma de refinar el guiso de puerros conocido como porrusalda.

La cita de hoy

“Cuando uno resulta creíble en su trabajo consigue respeto; y con respeto se puede trabajar con libertad”.

Reyes Martín Celaya

El reto de la semana

¿Con qué vino español podríamos haber brindado al término de nuestro paseo de hoy por que continúe el éxito de Trigo, mientras evocábamos a Edgar Allan Poe?

(La respuesta, como siempre, en la página de ‘Los retos’)

 

Paseando por el Cenador de Amós

13 miércoles Sep 2017

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canela, Cenador de Amós, espárrago, filipina, magano, petricor

Piano piano, como quien no quiere la cosa, casi sin darnos cuenta y al tran tran, con este que iniciamos ahora alcanzan estos paseos por el tumbaburros -que diría festivamente un mexicano– una cifra redonda: doscientos. Y en verdad pocas formas mejores podríamos haber encontrado de celebrar esta ducentésima entrega que disfrutando de una cena en el cántabro Cenador de Amós.

Ubicado en una casona palacio del siglo XVIII, es el ‘taller artesanal’, en sus propias palabras, en el que Jesús Sánchez desarrolla con su equipo una cocina creativa, sin duda arriesgada, empleando técnicas innovadoras, sí, pero sin olvidar -imbuido sin duda del espíritu de ese abuelo a quien homenajea en el propio nombre del restaurante- la historia, su propio acervo culinario. Tradición y modernidad, pues, como balizas que orientan el desarrollo de una cocina que, hasta el momento, se ha hecho merecedora de lucir dos Estrellas Michelin y tres Soles Repsol.

En esta ocasión ampliaremos el caladero en el que solemos pescar nuestras palabras cuando visitamos un restaurante, el menú degustado, para buscarlas también entre aquellas con algún significado próximo para este cocinero navarro que gusta de acercarse al producto con optimismo y una sonrisa, consiguiendo un exquisito resultado capaz de evocar y provocar a la vez; de conmover al comensal, en una palabra. ¿Se puede pedir más?

canela.- Especia muy aromática y de sabor muy agradable, empleada en repostería y como condimento. Es la segunda corteza de las ramas y rebrotes de la raíz del canelo, árbol originario del antiguo Ceilán que tomó su nombre a partir de la especia. Llegó a nuestro idioma a través del francés antiguo canele, procedente del italiano cannella, diminutivo de canna ‘caña’ -que a su vez viene el latín canna, del griego kánna, de origen asirio-babilónico-, por la forma de canutillo que adopta al secarse esta corteza. Presente en nuestra literatura desde El libro de Buen Amor (s. XIV) de Juan Ruiz, decir de algo o de alguien que es la flor de la canela, canela en rama o canela fina es una manera de encarecer su excelente calidad. No hay que olvidar que en la antigüedad la canela alcanzaba un altísimo valor -llegando a equipararse como medio de pago al oro o la plata-, hasta el punto de que en los siglos XVI y XVII había barcos, sobre todo portugueses, que se dedicaban en exclusiva a su comercio.

filipina.- Viene este término a nuestro paseo en su acepción americana -está documentado su uso en México, República Dominicana, Guatemala o Cuba- de prenda de vestir, una camisa o chaqueta de dril, con botones o cierre al frente, generalmente de manga corta, sin solapas -con cuello del denominado mao, chino o mandarín-, vestida por los hombres y que se emplea en diversas profesiones y oficios: médicos, cocineros… Con este significado aparece recogido en el DLE desde 1936. Su origen etimológico nos remonta hasta el rey Felipe II, epónimo de las Islas Filipinas. Originariamente llamadas Islas de Poniente por el navegante Magallanes, quien las reclamó para la Corona española, será Ruy López de Villalobos quien durante la expedición por él capitaneada entre 1542 y 1544 bautizará el archipiélago -en un principio, en la forma Felipinas, a las islas de Leyte y Samar- en honor de quien entonces era entonces Príncipe de Asturias.

magano.- Nombre que recibe en Cantabria el calamar. Según Adriano García Lomas –El lenguaje popular de las Montañas de Santander (1949)- deriva del castellano magaña ‘astucia, ardid’, tal vez con origen en el griego magganon ¿’engaño’? -probablemente en referencia a la tinta que dispara este molusco para poder huir cuando es atacado-. Este término no aparece en el DLE, aunque sí se hallaba en las cuatro ediciones que entre 1927 y 1989  publicó la RAE del Diccionario manual e ilustrado de la lengua española, una versión resumida y complementaria de aquel. Podemos rastrearlo en distintas obras de escritores nacidos a las orillas del mar Cantábrico como José María de Pereda –Sotileza, Escenas montañesas-, Ignacio Aldecoa –Gran Sol– o Álvaro Pombo –El héroe de las mansardas de Mansard-. Los ejemplares más apreciados son los denominados de guadañeta, pescados en sus costas en la época estival empleando este antiguo sistema a base de anzuelos.

petricor.- Una de las palabras favoritas del paseante por la sensación que le evoca. Es el nombre que recibe el olor que se desprende al llover en suelos secos: lo que comúnmente conocemos como ‘olor a tierra mojada’. Algunos científicos creen que la capacidad humana para apreciarlo proviene de cuando nuestros ancestros dependían de la época de lluvias para su supervivencia. Ausente todavía de los diccionarios de nuestro idioma, se trata de un calco del inglés petrichor, que el Oxford English Dictionary define como ‘aroma que frecuentemente acompaña a la primera lluvia caída tras un periodo de tiempo seco en algunas regiones’. Esta voz apareció por vez primera en un artículo de la revista Nature en 1964, acuñada por dos científicos, la australiana Isabel Joy Bear y el británico Richard Thomas, a partir de los componentes griegos petra ‘piedra, roca’ e ichṓr ‘icor’ -parte serosa de la sangre y, en la mitología griega, el propio fluido que circulaba por las venas de los dioses-.

espárrago.- Del latín asparăgus, propiamente ‘tallo pequeño, brote’, y este del griego aspáragos, con el mismo significado. En tiempos antiguos, como podemos leer en el propio Diccionario de autoridades (1732), designaba el tallo tierno de cualquier hierba o árbol agradables al gusto. Posteriormente se circunscribe a lo que hoy conocemos como tal: la yema de tallo recto y comestible producto de la esparraguera -conocida igualmente por el propio nombre de espárrago-, planta de la misma familia a la que pertenecen el puerro o la cebolla. Si encontramos este vegetal en nuestras mesas ya desde la época de los romanos, lo hacemos con su nombre en locuciones como mandar a alguien a freír espárragos -para despedir a alguien sin miramientos, incluso con enojo, en muchas ocasiones para poner fin a una discusión-, estar solo como espárrago o como espárrago en el yermo -que refleja la soledad de aquel de quien se predica- o la argentina machucar los espárragos -estrechar fuertemente la mano de otra persona-.

La cita de hoy

“La cocina es un ejercicio de seducción”.

Jesús Sánchez

 

El reto de la semana

¿Con qué habremos brindado hoy al término de nuestro paseo para celebrar por todo lo alto este aniversario?

(La respuesta, como siempre, en la página de ‘Los retos’)

De paseo con Víctor Gutiérrez

22 martes Ago 2017

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alfajor, cebiche, ceviche, curri, curry, lagarto, pichón, sebiche, seviche, Víctor Gutiérrez

La vida nos ofrece en ocasiones -será para compensar- momentos como el que tuvo el paseante ocasión de vivir hace algunos días, cuando el deleite de poder disfrutar de Salamanca en compañía de Carmen, admirando la exposición de Miquel Barceló, se vio coronado de la mejor manera posible con la posibilidad de comer en el restaurante Víctor Gutiérrez.

Una ocasión largamente acariciada y que tuvo como resultado final algo realmente difícil de conseguir: que la realidad estuviera incluso por encima de las expectativas. Porque la experiencia en el local de este chef peruano-salmantino, merecedor desde 2004 de una ininterrumpida Estrella Michelin, va más allá del “plato fuerte” -un exquisito menú que conjuga corazón peruano, alma española y matices del mundo, como él mismo gusta de decir-, consiguiendo que todos los elementos que lo acompañan: vajillas; cuberterías; la propia disposición del local; su decoración…, todo ello rematado por una excelente dirección de sala, converjan para convertir la visita en un gozoso acontecimiento para el comensal.

Hoy volvemos nuestra mirada, como es habitual en estos paseos cuando es la restauración su motivo, hacia ese menú para encontrar en él cinco palabras que nos permiten extraer los jugos de sus significados reales o figurados, sus diferentes grafías, sus orígenes, sus usos… mientras cumplimos con el consejo para la vida que da el propio Víctor: “Comer y disfrutar”.

curri.- Mezcla de especias en polvo originaria de la India, empleada en la cocina como condimento y sazonador. También da nombre a diferentes preparaciones en las que resulta ingrediente fundamental. Si bien no se encuentran en el país asiático referencias a una mezcla concreta que reciba ese nombre, generalmente suele incluir cilantro, jengibre, cayena, clavo, nuez moscada, canela o cúrcuma. Existen curris que llegan a mezclar hasta setenta ingredientes. Esta palabra fue incluida en la última edición del DLE, como adaptación de la voz inglesa curry, que fue incorporada en 2001 y que se mantiene en el Diccionario académico. A esta lengua habría llegado desde el tamil kaṟi ‘salsa’, aunque es posible que lo hiciera a través del portugués -fueron nuestros vecinos ibéricos los primeros europeos en llegar a la India-, idioma en el que con la forma caril parece ya documentada en 1563 en Colóquio dos simples e drogas e cosas medicinais da Índia, obra del médico judío portugués de origen español Garcia de Orta, quien fuera alumno en las universidades de Salamanca y Alcalá.

lagarto.- Del latín *lacartus –Corominas aventura que probablemente sea una forma dialectal arcaica-, procedente de lacertus. Término polisémico que según los países en que se emplee sirve para nombrar a diversos tipos de reptiles; a un músculo del brazo, entre el hombro y el codo; a una mariposa; a alguien que come con exceso;  a un pez marino; a una clase de árbol; a un cable usado para puentear energía; a un pellizco dado en el antebrazo… Además, coloquialmente puede hacer referencia a una persona taimada, pícara o a una avariciosa; a la cerveza; a una prostituta o a la espada roja que constituye la insignia de la orden de caballería de Santiago. Asimismo, en lenguaje de germanía designa a un ladrón del campo o al que muda sus ropas de diferentes colores para no ser reconocido. En este paseo lo recorremos en su sentido más carnívoro, pues es el nombre que reciben sendos tipos de cortes: en España, una parte de la carne del cerdo, situada entre las costillas y el lomo; en Venezuela o Chile, uno de vacuno extraído de la parte inferior de los cuartos posteriores.

alfajor.- Derivado del árabe andalusí fašúr, este del persa afšor ‘jugo’, que a su vez lo hace del también persa afšurdan ‘exprimir’. En España, es otra forma de llamar al alajú -o alejur, o alhajú, formas que también recoge el DLE-, una golosina elaborada con almendras y nueces molidas, a veces también piñones, pan rallado y tostado, miel cocida y especia fina -que constaba, según el modo común de cocinar que observaban las casa jesuíticas, publicado como libro en 1818, de azafrán, clavo, nuez moscada y pimienta-. En América, desde México hasta Chile, encontramos diferentes tipos de dulces llamados así, que según los lugares en que sean elaborados incorporan coco, dulce de leche, chocolate, canela, yuca, harina de maíz tostado, mermelada, papelón -pan de azúcar sin refinar-… El Diccionario de autoridades (1726) incluía también la acepción de bebida compuesta de vino y otros ingredientes, que se correspondería con el hipocrás, líquido asimismo preparado con vino, contando con azúcar y canela entre otros componentes.

cebiche.- También ceviche, sebiche y seviche, formas todas ellas recogidas tanto en el DLE como en el Diccionario de americanismos. Plato generalmente preparado con trozos pequeños de pescado o marisco que se maceran en jugo de limón ácido o naranja agria, con sal, cebolla picada y ají picante. Aunque se encuentra en numerosos países, está considerado como la comida bandera del Perú, donde en 2004 fue declarado Patrimonio Cultural de la Nación, celebrándose cada 28 de junio su día nacional.  No en vano se emplea la locución ser más peruano que el cebiche. Son numerosas las conjeturas sobre la procedencia etimológica de esta voz. Aunque en el pasado optó por la palabra cebo -como habría propuesto el escritor puneño Federico More-, el Diccionario académico señala ahora que tal vez provenga del árabe andalusí  assukkabáǧ, y este del árabe sikbāǧ, el mismo origen que la voz escabeche. Otras teorías apuntan al quechua siwichi ‘pescado fresco, tierno’, al también árabe sibech y no falta quien habla incluso de un posible origen inglés, derivado de  sea beach.

pichón.- Cría de la paloma casera, de carne muy tierna y muy apreciada en gastronomía. Valga como botón de muestra el Manual del perfecto cocinero. 672 fórmulas para guisar pichones (1930), de A. Soler Monés. Históricamente fue alimento reservado a reyes y nobles -posteriormente también al clero- y es sabido que el emperador Carlos V desayunaba varios de ellos cada día en su retiro en Yuste. En algunos países americanos se llama así al polluelo de cualquier ave, excepto de gallina. Se emplea además coloquialmente como apelativo afectuoso hacia alguien o bien para indicar que es joven y sin experiencia, un aprendiz. También en América hallamos que se utiliza para referirse a realidades tan distintas como una planta -la daguilla-; al pene; a una mancha de excremento en la ropa interior; a un cigarrillo de marihuana; al retoño de la caña de azúcar; a un cohete sin varilla o al descendiente de trabajadores antillanos de la caña de azúcar emigrados a Panamá. Este término, documentado ya en español en 1604 encuentra su origen en el italiano piccione, del latín tardío pipio, derivado de pipiare ‘piar’.

 La cita de hoy

“Para cocinar es fundamental viajar, leer, la cultura y el respeto a los productos”.

 Víctor Gutiérrez

 

El reto de la semana

Teniendo en cuenta los antecedentes biográficos de nuestro chef ¿con qué habremos brindado al finalizar nuestro paseo lingüístico/gastronómico de hoy?

 

 

(La respuesta, como siempre, en la página de ‘Los retos’)

De paseo por Güeyu Mar

09 jueves Mar 2017

Posted by Sollastre in GASTRONOMÍA, LUGARES CON ENCANTO

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caviar, salpicón, sardina, soja, turrón

Recordaba hace unos días el paseante lo que le respondió en una ocasión la cocinera de un pequeño restaurante rural cercano a Oviedo cuando se acercó a felicitarla por una comida exquisita: “Hijo, es que en Asturias, con el producto que tenemos, ¡si lo hacemos mal es para matarnos!”. Producto, pues, y ‘mano’. Combinación ganadora que en estos tiempos de hiperexposición mediática de la gastronomía y de búsqueda del más difícil todavía en nuevas técnicas y fusiones resulta por desgracia preterida en numerosos locales.

Puede entonces comprenderse fácilmente la emoción al descubrir hace unos días Güeyu Mar, un, aparentemente, chiringuito situado cabe la playa de Vega (Ribadesella), uno de esos entornos naturales con los que Asturias consigue enamorarnos una y otra vez, que cuyo interior alberga un magnífico restaurante donde la pericia con la que Abel Álvarez maneja las parrillas sobre las brasas de maderas de roble y cerezo consigue convertir los más delicados productos del mar Cantábrico -con ese pez majestuoso que no en vano responde al nombre de rey como emblema de la casa- en gustosos placeres cuya degustación constituye toda una experiencia. Excelente materia prima y buen saber hacer -producto y mano, como antes decíamos- para conseguir un resultado que a nadie puede dejar indiferente.

Rindamos hoy nuestro particular homenaje a este Ojo de mar –güeyu es el nombre asturiano del órgano de la vista- paseando por cinco términos que encontramos en el menú que pudimos saborear en este lugar, enclavado en pleno Camino de Santiago y sin duda acreedor de tantas peregrinaciones como pueda uno permitirse.

caviar.- Manjar consistente en huevas de esturión frescas y salpresadas, es decir, aderezadas con sal y prensadas para su conservación. Procede del italiano antiguo caviaro, y este del turco havyar. Aparece documentada por vez primera en el libro Andanzas y viajes de Pedro Tafur, caballero veinticuatro -regidor de ayuntamiento, según el antiguo régimen municipal- de Sevilla, quien entre los años 1439 y 1445 recorrió los tres continentes conocidos en su momento. En el DLE lo encontramos desde 1869 -sin que fura denominado manjar todavía-, mientras que en la edición de 1884 se incorpora la forma cavial, hoy considerada desusada y proveniente del italiano caviale. Tomada de esta probablemente, Cervantes escribía la forma cabial. Ya en nuestros días, el periodista Luis Carandell recoge en Vivir en Madrid (1967) la expresión “vacilar con cinco de caviar”, en el sentido de reírse o burlarse de alguien.

sardina.- Pez marino comestible, parecido al arenque, siendo su carne más delicada. Vive en bancos muy numerosos y se alimenta de plancton. Del latín sardīna. Según señala Corominas, los etimologistas latinos suelen creer que deriva de sardus ‘perteneciente a Cerdeña’, mientras que san Isidoro lo emparentaba con Sarra, antiguo nombre de la ciudad libanesa de Tiro, si bien considera dudosas ambas teorías  Protagonista de numerosos dichos y refranes, tanto en español como en otros idiomas, tal vez la locución más conocida sea “como sardinas en lata -o en banasta-”, referida a las estrecheces padecidas por la confluencia de gran número de personas en algún lugar. En tauromaquia se emplea este término en forma despectiva para referirse a un toro muy pequeño. A su vez, el entierro de la sardina es una ceremonia de carácter festivo que se celebra el Miércoles de Ceniza y con la que se da por finalizado el carnaval.

soja.- Planta leguminosa procedente de Asia, cuyo grano -semejante a una judía pequeña- y subproductos derivados de ella se emplean en la alimentación humana y ganadera. Algunos de sus derivados se emplean en la fabricación de combustibles, pinturas y barnices, plásticos o derivados del caucho. Su origen etimológico se encuentra en el japonés shoyu, si bien el ya citado Corominas apunta a un posible paso a través del neerlandés soja. El Diccionario académico incluye también la forma soya, utilizada en diversos lugares de América, con clara influencia del inglés soy. Su alto valor proteínico ha permitido un auge en su consumo bajo diversas formas, especialmente entre quienes quieren prescindir de la proteína de origen animal. Uno de esos compuestos es el tofu, una cuajada elaborada a partir de leche de soja. Incorporada al DLE en su última edición, ha llegado hasta nuestro idioma desde el inglés tofu, que la tomó del japonés tōfu.

salpicón.- Comenzaremos -pues aún saboreamos mentalmente el exquisito disfrutado en Güeyu Mar- por su acepción de plato que se consume frío de mariscos o pescados cortados en trozos que se sazonan con una vinagreta y otros ingredientes. Se llama también así a un guiso de esos mismos alimentos o de carne, desmenuzado el ingrediente principal, que incorpora aceite, cebolla, vinagre, pimienta y sal. En algunos países americanos estos mismos componentes sazonan carne y papa en un plato que igualmente se toma frío. Finalmente, en Colombia se denomina así a una mezcla de diferentes frutas en trozos que, en su propio jugo o en otro, se usa como bebida o refresco. La palabra es un derivado de salpicar, compuesto de sal, la sustancia empleada para sazonar y conservar alimentos, y picar, cortar en trozos muy pequeños. De hecho, salpicón se emplea coloquial y metafóricamente para referirse a cualquier cosa hecha pedazos menudos.

turrón.- Dulce fabricado con almendras -enteras o molidas-, avellanas, nueces o piñones, que tras tostarse se amalgaman con miel o azúcar. El origen del término es incierto. Corominas aventura que tal vez provenga de tierra, con el significado primitivo de ‘terrón’, por comparación con un conglomerado de tierra y, al igual que Moliner, considera posible que se tomara del catalán torró. El Diccionario de autoridades (1739) incluía ya también la acepción, que se mantendrá hasta 1984, de piedra en el habla germanesca. Justo un siglo antes, la edición de 1884 incorporaba el significado -que se mantiene hasta la fecha, si bien ahora calificado como desusado- de, dicho familiar y figuradamente, beneficio o destino público que se obtiene del Estado. Dado que esta golosina se consume prioritariamente en Navidad, en el ámbito futbolístico, cuya temporada ha comenzado tradicionalmente en España a primeros de septiembre, se dice que un entrenador ‘no se comerá el turrón’ si un mal comienzo de la misma permite aventurar que será cesado antes de llegar esas fechas.

 

La cita de hoy

“Cuando las grasas empiezan a oler, el espíritu de los pescados se está yendo.”

 Abel Álvarez

 

El reto de la semana

¿Con qué falso aumentativo de una parte de la cara habremos iniciado el menú de este paseo?

 

(La respuesta, como siempre, en la página de ‘Los retos’)

Paseando por sabores recuperados a flor de piel

02 jueves Mar 2017

Posted by Sollastre in CELEBRACIONES, GASTRONOMÍA

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alipende, benjamín, brebaje, mastuerzo, ungüento

En el mes de las águedas y  las machadianas cigüeñas tornando a los campanarios -aunque por mor del cambio climático y del abundante alimento que pueden encontrar en los vertederos cada vez hibernen más por estos lares-, gusta el paseante de cumplir con lo que ya se va convirtiendo en rito y volver a León para disfrutar de las Jornadas gastro-culturales del entrecuesto de La Somoza, que este año llegan a su decimotercera edición.

Mariajo y Fito, los organizadores y anfitriones, esperemos que por muchos años más, han elegido este año como motivo de las mismas la piel, la piel de los animales en sus diversas formas de ser trabajada. Y a partir de ahí, divagando un poco, como no resulta extraño en él, llegó el paseante hasta el punto de reconocer que su asistencia anual a una de estas cenas no es tan solo producto de un mero interés gastronómico –lo que justificaría sobradamente su presencia, por otra parte-, sino que se debe más bien a una cuestión ‘de piel’, de querer participar y compartir con esos amigos a los que ya ha hecho referencia aquí en otras ocasiones todo lo que gira alrededor del ‘pretexto’ que constituye ese sabroso espinazo.

Y entre esas actividades que conforman el entramado de las jornadas -pregón; vídeos; actuaciones en diversas manifestaciones artísticas; degustación de vino…- nos encontramos este año con una nueva “narración de algunos hechos, todos reales aunque ciertamente adobados, a cargo de Gari, uno de los protagonistas indubitados de estas jornadas, de cuya intervención cuántica, por la que iban desfilando gochines reencarnados en perros -o puede que viceversa-, carabinas de Ambrosio o el mismísimo gato de Schrödinger, tomaremos hoy las cinco palabras que conformarán nuestro pequeño homenaje anual a esta iniciativa gastro-cultural.

benjamín.- El DLE incorporó esta voz en 1884 con el significado de ‘hijo menor y más querido de sus padres’; en 1925 introdujo el matiz ‘por lo común’ para referirse a esa preferencia; en la edición de 2001 -a la vez que se añade una segunda acepción: ‘miembro más joven de un grupo’- se le califica de ‘predilecto’, mientras que en la última desaparece ya la referencia a ese cariño especial. En diccionarios de uso del español encontramos que también designa a un deportista de la categoría inmediatamente inferior a la de alevín; a la cosa más pequeña de un conjunto o, en España, a una botella de champán o cava, equivalente a un cuarto de botella -18,75 o 20 cl-. A su vez, en Colombia y en Ecuador es un dispositivo eléctrico con dos o más tomas para enchufes y que se inserta al que está fijo en la pared, y en Bolivia un equipo deportivo recién ascendido a una categoría determinada. Este término hace alusión a Benjamín, el menor y favorito de los hijos del patriarca bíblico Jacob.

mastuerzo.- Originariamente el nombre de una planta de las crucíferas, comestible y con aplicaciones medicinales, lo traemos a este paseo en su acepción -que se utiliza también como adjetivo- de hombre torpe, necio, porfiado, grosero por naturaleza o falto de discreción, sentido que incluyó el DLE a partir de la edición de 1852 y que se emplea como insulto. El término procede de nastuerzo -otra forma de nombrar la planta-, del latín nasturtium, que, como recuerda Corominas, suele interpretarse como compuesto de nasus ‘nariz’ y tortus, ‘torcido’. Covarrubias, en Tesoro de la lengua castellana o española (1611), cita a Plinio, quien aseguraba que el olor insoportable de la planta hacía torcer la nariz y provocaba estornudos. Entre 1925 y 1992 el Diccionario académico mostraba también la forma anticuada mestuerzo, tal y como aparece ya en el libro del Canciller López de Ayala Caza de las aves (segunda mitad del siglo XIV).

alipende.- Una de esas palabras que no encontramos en los diccionarios pero que no por ello dejan de ser reales y tan legítimas como las recogidas por los lexicógrafos. Se predica de alguien pícaro, astuto, interesado, que quiere sacar provecho de lo ajeno. Lo que vendría a ser un auténtico punto filipino, un vivales. “Vaya alipende está hecho; ese no da puntada sin hilo”. Nieto Ballester, citando a J. Le Men y su obra Léxico del leonés actual (2002-2005), señala que es un vocablo cuyo uso está extendido en León, citando expresamente La Somoza entre los lugares donde se emplea. Como toda palabra ‘no regulada’ y además usada en un una amplia zona que abarca hasta el mismo Cádiz, admite diversos matices en su significados según el lugar  -como en Guadalajara, donde se aplica a un niño inquieto y travieso-, aunque lo más curioso es que una de sus variantes, lipendi -otras son lipende y alipendi -, fue incluida en 1970 en el DLE con el significado de ‘tonto, bobo’, tal y como encontramos en algunas obras de Galdós.

ungüento.- Del latín unguentum, hasta la edición de 1803 el DLE incluía también la forma ungüente, que calificaba como vulgar. Cualquier sustancia que sirve para untar o ungir y más concretamente de un medicamento de uso tópico compuesto de diversas sustancias entre las que se incluye alguna crasa, como el aceite de oliva, el sebo de carnero o la cera amarilla, de entre los cuales el DLE cita expresamente el ungüento amaracino, el amarillo, el basilicón y el de soldado. Era también el nombre de un compuesto de elementos olorosos muy utilizado en la antigüedad para embalsamar cadáveres. Asimismo, y en sentido metafórico, hace referencia a cualquier cosa con la que se pretende suavizar o arreglar una situación o ablandar una voluntad, trayéndola a lo que se desea conseguir. En este sentido se hablaba en tiempos del ungüento de México –dinero, especialmente el que se emplea para sobornar-, del amarillo -el oro- o del blanco -la plata-. A su vez, además del significado antes referido, se denomina coloquialmente ungüento amarillo a un supuesto remedio para todos los males.

brebaje.- Una bebida, en especial la que resulta desagradable al gusto o inspira poca confianza. También, en náutica, el vino, cerveza o sidra que bebían los marineros en los barcos. Es voz tomada del francés beuvrage, procedente del latín biběre ‘beber’, con metátesis de r. El Diccionario de autoridades (1726) recogía un uso metafórico para referirse a algo ingrato, que ocasiona sinsabores en el ánimo. También se ha empleado, aunque sin refrendo académico con el sentido de bebida somnífera o venenosa y, en farmacia, para dar nombre a ciertos compuestos –brebaje analéptico, vermífugo…-. El DLE muestra también la forma brebajo como sinónimo. Asimismo, históricamente pueden encontrarse las formas brevaie –Crónica General, siglo XIII, primera vez en que aparece documentado el término-, brevage –Covarrubias y diccionarios de los siglos XVII y XVIII- o brevaje -escritores tan separados en el tiempo como don Álvaro de Luna, Inca Garcilaso, Becquer, Valera…-. En lugares de América se utiliza beberaje para referirse a una bebida alcohólica.

 

La cita de hoy

“La novela lo admite todo”

 Gari

 

El reto de la semana

¿Qué podríamos alcanzar, coloquialmente hablando y con un término relacionado también con una entonación rítmica, si celebráramos nuestro paseo de hoy con una extensa ingesta de algún americano beberaje?

 

(La respuesta, como siempre, en la página de ‘Los retos’)

De paseo por Cocinandos

08 jueves Dic 2016

Posted by Sollastre in GASTRONOMÍA, restaurantes

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Etiquetas

Cocinandos, gominola, jabalí, morcilla, sésamo, zanahoria

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Escribió Julio Llamazares al dedicar uno de sus libros al paseante que este ‘se ha enamorado de León’. Y, como ocurre en estos trances, el interesado está siempre ávido de encontrar nuevos motivos que corroboren el porqué de su flechazo. Algo que ocurrió esta semana cuando pudo disfrutar al fin de un sueño largamente acariciado: cenar en Cocinandos, uno de los mejores incentivos que ha encontrado para prolongar su idilio con esta ciudad.

Porque pocos embajadores puede encontrar la capital del Viejo Reino mejores que Juanjo y Yolanda -Yolanda y Juanjo, monta tanto- quienes en su restaurante, abierto en 2003 y que cuenta desde 2009 con una estrella Michelin recientemente confirmada, consiguen cumplir con creces su propósito de que los comensales se lleven no solo algo en el estómago, sino también en el sentimiento. Y eso desde la propuesta de un único menú degustación -aspecto en el que fueron pioneros- renovado prácticamente cada semana, en el que los productos de mercado y de temporada son transformados con las modernas técnicas y conceptos culinarios para lograr un conjunto equilibrado y armónico que muestra cabalmente la idea del sentido de la cocina de sus autores y convierte su disfrute en una auténtica experiencia sensorial.

Paseemos hoy entre las mesas de Cocinandos, saboreando cinco palabras incluidas en un menú, el  número cuatrocientos setenta y nueve de su andadura, que consiguió, parafraseando su propio encabezado, que este paseante fuera un poquito más feliz y del que, jugando con las palabras como nos gusta hacer por aquí, puede afirmarse con rotundidad que hace honor al nombre de la calle en que está emplazado el restaurante: Campanillas.

sésamo.- Planta herbácea anual de la familia de la pedaliáceas que se cultiva por sus semillas comestibles, ricas en aceite. Es originaria de Asia y África, desde donde se introdujo en América transportada por los esclavos, quienes empleaban esas semillas para dar sabor y espesar sus platos. De la misma especie que el ajonjolí –también se llama así a una pasta de nueces, piñones o almendras con esta planta- y la alegría, entre 1884 y 1956 aparecía en el DLE como un sinónimo de esta última. Procede del latín sesămum que a su vez lo hace del griego sḗsamon. Lo encontramos por vez primera en español en Calila e Dimna (1251), colección de cuentos probablemente encargada traducir por Alfonso X el Sabio. ¡Sésamo, ábrete! o ¡Ábrete, Sésamo! es una fórmula que se emplea para referirse a un medio que es capaz de producir determinados resultados, como abrir puertas -en sentido metafórico- o superar dificultades. Tiene su origen en el cuento Alí Babá y los cuarenta ladrones, incluido en las Mil y una noches.

gominola.- Una de las novedades incorporadas por el DLE en su última edición, circunscribiendo su uso al territorio español. Es un tipo de caramelo blando masticable, de muy diversas figuras, frecuentemente cubierto con granitos de azúcar. Tomada de la marca registrada Gominolas®, que fue creada en 1964 por la empresa española Pastor y Canals -también conocida como Roypas-. En septiembre de 2014 la marca fue adquirida por la empresa confitera Migueláñez. Esta golosina, que según el Diccionario de americanismos recibe el nombre de gomita en distintos países del continente, forma parte del grupo genéricamente conocido como chucherías –o chuches, en su abreviatura usada habitualmente-, cuya segunda acepción ha sido también modificada en esa vigesimotercera edición del Diccionario académico. Curiosamente, la conocida también como Edición del Tricentenario ha incorporado, asimismo con la marca ‘España’, el nombre de otro dulce habitualmente consumido por los niños: piruleta.

jabalí.- En el DLE encontramos también la forma jabalín, que se mantiene, aunque es poco usada, en Andalucía y Salamanca y de la que deriva la forma femenina, jabalina. Encuentra su origen en el árabe andalusí ǧabalí, del árabe clásico ǧabalī ‘montés’, derivado de ǧábal ‘montaña’. Mamífero paquidermo, de la familia de los suidos, especie de cerdo salvaje, de gran fortaleza, pelaje muy denso y grandes colmillos salientes de la boca -que reciben también el nombre de navajas-. En España, donde su población es muy abundante, está considerado como una pieza de caza mayor. Durante la Segunda República española recibieron el apelativo de jabalíes un grupo de diputados de las Cortes Constituyentes caracterizados por su demagogia, anticlericalismo y su política antigubernamental. Fueron calificados como tales a raíz de un discurso pronunciado por Ortega y Gasset en el Congreso de los Diputados. Por extensión, se denomina en política de esta manera a alguien intransigente y de actitudes agresivas.

morcilla.- Voz de origen incierto. Covarrubias afirmaba que se llamó así por el latín morsus ‘bocado’, porque se corta en trozos. El DLE apunta que quizá provenga de la misma raíz, posiblemente prerroman,a que morcón, que Corominas aventura que pudiera estar emparentada con el vasco mukurra ‘objeto abultado y disforme’ y con el céltico mukorno- ‘muñón’. El DLE muestra tres acepciones: la primera, presente ya en el Diccionario de autoridades, se refiere a un embutido hecho con sangre y especias, que con frecuencia incorpora cebolla y otros ingredientes como pan, arroz, frutos secos, hierbas aromáticas, etc. En 1869 se incorpora el sentido de añadido que, especialmente en teatro, improvisa quien lee o dice un texto. En dicha edición se atribuía a los ‘malos comediantes’. Finalmente, en 1956 aparece el significado de trozo de carne envenenada que se utilizaba para matar perros callejeros, especialmente en épocas de epidemias. De aquí provendría la expresión ¡que te -os, les, etc.- den morcilla!, que, con su sentido suavizado, se emplea hoy para manifestar rechazo, desprecio, desagrado hacia alguien.

zanahoria.- Del árabe andalusí *safunnárya, tomado del griego staphylínē agría ‘zanahoria silvestre’. El DLE recoge también las formas azanoria y acenoria, del ámbito rural y poco usada esta última, así como el sinónimo desusado pastinaca.  En nuestra lengua se documenta por vez primera, como çahanoria, en la obra más importante del siglo XIV: El libro de Buen Amor de Juan Ruiz. Es una hortaliza de las umbelíferas, considerada la especie de mayor consumo dentro de esta familia, con raíz fusiforme -de forma de huso, más larga que gruesa-, de unos 20 cm de longitud, usualmente de color naranja, jugosa y comestible, que recibe el mismo nombre. En algunos países americanos se predica de una persona ingenua, sin malicia, o tonta; de escasa inteligencia en otros. Es término usado entre los jóvenes en Venezuela para referirse a alguien con hábitos saludables o que no consume drogas. En Panamá es el apelativo que recibe una persona pelirroja.

 La cita de hoy

“Para que un plato sea perfecto tiene que haber un estado de ánimo perfecto en el comensal”

 Yolanda León

 

El reto de la semana

Sin salirnos del menú disfrutado en Cocinandos, ¿qué alimento, cuyo nombre es resultado del cruce de dos palabras procedentes de América y usual a la hora del aperitivo podemos degustar en el nuestro tras el paseo de hoy?

(La respuesta, como siempre, en la página de ‘Los retos’)

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