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Una reciente visita a su querida Salamanca le ha servido al paseante para rememorar el título de uno de aquellos libros sobre esoterismo y otros mundos que tan en boga estaban en su ya lejana infancia lectora: La alquimia, ¿superciencia extraterrestre?, en el que los autores se preguntaban si los secretos de la energía y la materia habían sido ya descubiertos en otros puntos del espacio o del tiempo.
Y lo recordó porque tuvo la fortuna de disfrutar de la cocina del restaurante El Alquimista, el lugar donde César, Sandra y su equipo demuestran que con mucha vocación, sin necesidad de extender alfombras rojas y manteniendo los pies en la tierra a la hora de plasmar ese arte que consiste en la preparación de una buena comida, como define el DLE la gastronomía, es posible, buscando el contrapunto entre lo tradicional y lo moderno, lograr sabores tan intensos como ligeros, de esos que pasan a alojarse sin remedio en nuestra memoria sensorial. Si a ello unimos un magnífico servicio en una sala en la que te ves envuelto por un huerto vertical, una ola de platos de cerámica surcando la pared o coladores haciendo las veces del cañamazo de labores de punto de cruz… el resultado no puede ser otro que estar deseando ya regresar, mucho más pronto que tarde, en una nueva ocasión.
«Hay otros mundos, pero están en este», dejó escrito el escritor surrealista Paul Éluard, así que hoy pasearemos por cinco palabras encontradas en este local que, situado en «la plaza más bonita de Salamanca», según el parecer de sus propios creadores, nos confirma que en la capital charra existen otros universos muy merecedores de nuestra visita más allá del entorno de la Plaza Mayor.
alquimista.- La persona que practicaba la «alquimia» o lo referido o perteneciente a ella. Esta, cuyo nombre deriva del árabe andalusí alkímya, este del árabe clásico kīmiyā[‘], y este del griego chymeía ‘mezcla de líquidos’, consiste en una serie de experiencias, entreveradas con elementos esotéricos y mágicos, tendentes a la consecución de la transmutación de la materia. Surgida en los siglos III y IV, se trataba sustancialmente de un proceso simbólico en el que se buscaba la obtención de oro —a partir de otros metales— como símbolo de la iluminación y de la salvación. En el Diccionario académico nos encontramos con quien fue considerado uno de los más destacados alquimistas de su época: el filósofo Raimundo Lulio (1235-1315), presente en él a través de los términos «lulismo» —tendencia filosófica y mística basada en su obra— y «luliano» —lo perteneciente y relativo a él o a dicha tendencia—. Por otra parte, en México se emplea «alquimia» para referirse con carácter festivo a un fraude electoral.
aguachile.- Cuando el Diccionario de la lengua española incorporó este término en 2001 se limitó a señalar, además de su origen mexicano, que se trataba de un «caldo aguado de chile». En la última edición incorpora la definición que aparece en el Diccionario de americanismos y que resulta mucho más concreta: «caldo aguado de chile, tomate, camarón y especias». El nombre de este plato típico de la costa occidental de México, del que existen hoy múltiples variantes, está compuesto por las palabras «agua», del latín aqua, el líquido que es el componente más abundante en la superficie terrestre y que cuando se encuentra en estado puro es transparente, incoloro, insípido e inodoro, y «chile», del náhuatl chilli, nombre que recibe en varios países americanos el pimiento. Ingrediente principal de la cocina mexicana y símbolo de su identidad, en este país norteamericano existen hasta 50 tipos distintos.
remolacha.- Cultivo tradicional del campo salmantino, es una planta herbácea anual con tallo derecho y ramoso, hojas grandes, flores pequeñas, fruto seco y raíz grande, carnosa y encarnada, que es comestible. De ella se extrae azúcar —«remolacha azucarera»— y sirve como alimento del hombre y del ganado —«remolacha forrajera»—. Del italiano ramolaccio ‘variedad cultivada del rábano silvestre’, derivado del latín armoracium, y este del galo are more ‘cerca del mar’. Es también conocida como «betarraga», tomada del francés betterave, que con sus diversas variantes —«betabel», «beterava», «beterraga»…— es el término que pasó a América. El Diccionario de autoridades (1726) —en donde ambos términos aparecen documentados por vez primera en nuestra lengua— la definía, mientras que en remolacha se limitaba a remitir a ella. En nuestros días el DLE lo hace a la inversa.
hummus o humus.- Otro vocablo gastronómico que ha llegado al Diccionario de la lengua española en el siglo XXI. En este caso, en la conocida como edición del Tricentenario (2014). Originariamente se trata de una pasta de garbanzos aderezada con tahini —crema elaborada con semillas de sésamo molidas—, aceite de oliva, ajo y limón básicamente. En ocasiones se le añade también alguna especia picante. Plato muy popular en todo el Oriente Medio y algunas otras regiones del mediterráneo, se especula con que puede tener su origen en Egipto, donde la presencia del garbanzo en su cocina se remonta al Imperio Medio —hace 4000 años—. En su segunda forma no debe confundirse con la palabra homógrafa «humus», derivada del latín humus ‘tierra’, ‘suelo’, que hace referencia al mantillo, la capa superior del suelo formada por la descomposición de restos vegetales y, en menor medida, de animales.
mostaza.- Planta de las crucíferas con numerosas semillas de sabor picante que se emplean en cocina y en medicina. También se denomina así a la propia semilla, a la salsa que se elabora con ella y a un tipo de munición de perdigón de pequeño tamaño. Curiosamente, el nombre deriva del adjetivo latino mustaceus ‘de mosto’, por el condimento con que se elaboraba la salsa para mitigar su picor, y no, como parecería más lógico, de sināpi, nombre latino de la planta. Este, que a su vez procede del griego sínapi, sí se encuentra en el origen de «sinapismo», como ya vimos en su momento y de otro nombre que recibe la mostaza en nuestra lengua: «jenabe» —también en las formas «ajenabe», «ajenabo» y «jenable»—, del árabe andalusí *aššinab, evolución de la voz latina. Aunque sin gozar del aval académico, mostaza se emplea también para referirse a un color amarillo oscuro similar al de sus flores.
La cita de hoy
«Salamanca siempre deja un buen sabor de boca».
César Niño
El reto de la semana
Ya que hemos visitado México en nuestro paseo de hoy, ¿con qué licor —presente en la carta de El Alquimista, por supuesto— puro, es decir, que no es mezcla, podemos brindar hoy al terminar el paseo?
(La respuesta, como siempre, en la página ‘Los retos’)
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