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Paseando por Casa Coscolo

21 viernes Ene 2022

Posted by Sollastre in GASTRONOMÍA, León, restaurantes

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bola, cocido, gabis, gabrieles, grabieles, olla, pelota, presa, principio, puchero, puchero de enfermo, relleno, sota caballo y rey, tumbo de olla, tumbos, vuelcos

Pocas ocasiones más gratas te brinda la vida que la poder ser partícipe, siquiera sea por unos momentos, de un sueño hecho realidad. Y esto es precisamente lo que pudo disfrutar hace unas semanas el paseante cuando tuvo la oportunidad de acercarse hasta Castrillo de los Polvazares, en plena Maragatería, para conocer, por fin, Casa Coscolo.

Un lugar que es algo más que un restaurante: es el resultado de una combinación de ilusión, de empeño, de días y noches de darle muchas vueltas a las cosas, de jugárselo todo a una carta y tirar p’alante… El fruto, en definitiva, de conjugar fuerza, pasión y sueños, como podrá comprobar cualquiera que se deje caer por allí.

Y hoy, casi veintitrés años más tarde, paseantes, viajeros o simples partidarios del buen yantar tenemos la posibilidad de acudir a esta casa para gozar de una propuesta que se ha ganado el cariño y el reconocimiento de quienes han tenido ya la oportunidad de degustarla.

Dejó dicho el maestro José Esteban que solo hay dos tipos de cocido: los buenos y los mejores. Y a fe de quien escribe estas líneas que el maragato de Casa Coscolo se encuentra entre estos últimos. Un cocido, además, que, sin abandonar su fundamento tradicional, incorpora toques personales que logran, de largo, justificar el acercarse hasta este pueblo de la Maragatería para conocerlo.

Presente todavía el buen sabor de boca que nos dejó nuestra visita pasearemos hoy, de la mano de Eva y Pedro, los protagonistas de este cuento con final feliz, por las palabras que el Diccionario de la lengua española asocia de manera directa a este plato que, en sus distintas variedades y con sus distintos nombres, puede lucir con orgullo el título de ser el verdadero común denominador de las distintas cocinas regionales de nuestro país.

cocido.- Voz derivada del participio de cocer, la Academia se ha mostrado siempre parca a la hora de definir este plato, pues desde el Diccionario de autoridades (1729) se limita a identificarlo con la olla.

olla.- Comida preparada con carne, tocino, legumbres y hortalizas, principalmente garbanzos y patatas, a lo que se añade a veces algún embuchado y todo junto se cuece y sazona.

A pesar de la definición lexicográfica, entre aquellos, y no son pocos, que han escrito sobre el cocido existe la opinión de que este es en realidad el «hijo evolucionado» de aquella, cuando no defienden, como hace Joaquín de Entrambasaguas en Gastronomía madrileña (1971), que se trata de realidades diferentes.

La palabra procede del latín olla, con el mismo significado.

puchero.- El DLE asegura desde 1970 que es «una especie de cocido, como el cocido español». Antes lo había definido como «el cocido que se encierra o contiene dentro del puchero»; como «cocido que se compone por lo común de carne, tocino, garbanzos y legumbres»; o lo había asimilado, igual que hace ahora con el cocido, directamente a la olla.

El apellido «español» genera al paseante la duda de si está referido a cualquiera de las variedades que se elaboran en nuestro país, desde el maragato hasta el extremeño, pasando por el lebaniego o el de Lalín, merecedores todos ellos, por lo tanto, de dicho calificativo, o si bien, dado que habla de «una especie de cocido», hace alusión al madrileño, considerado por muchos como una síntesis de los distintos cocidos patrios, el más representativo de todos ellos y el que define en muchos ámbitos este plato. En cuyo caso tal vez sería pertinente modificar el gentilicio.

El lexicón académico recoge también el puchero de enfermo, que es un cocido que se hace en el puchero, sin ingredientes que puedan ser nocivos a los estómagos delicados. En Aragón tienen su propia versión autóctona: la presa, cocido para enfermos hecho con menos ingredientes que el normal.

El origen de este término lo encontramos también en el latín: pultarius, derivado de puls, pultis ‘gachas’.

Visto lo visto, podríamos concluir que tanto olla como puchero y cocido se han usado frecuentemente de manera indistinta para referirse, con sus correspondientes variedades, a la comida que hoy nos ocupa.

principio.- Este es el paradójico, por no decir mal empleado, nombre que recibe el alimento que se servía —así, en pasado—después del cocido propiamente dicho y antes de los postres.

En su momento, como podemos leer en la edición de 1780 del diccionario académico, designaba, en plural y con mucha más lógica, lo contrario: aquellos comestibles que se ponían en la mesa para empezar a comer y, por extensión, a los primeros platos que se servían antes del cocido.

En la edición de 1803 se hablaba ya de cualquiera de los platos de vianda que se servían en la comida además del cocido y los postres, sin especificar el orden.

Y será en 1869 cuando pase a ocupar el lugar inmediatamente anterior a estos últimos, definición que se ha mantenido hasta nuestros días.

Etimológicamente deriva del latín principium, con el significado de ‘lo primero’.

gabrieles.- O grabieles, por metátesis, o, de manera más castiza, gabis.

Forma familiar de referirse a los garbanzos del cocido.

Es voz tenida tradicionalmente como propia de Madrid, y así la podemos encontrar ya en el Vocabulario de madrileñismos (1908) de Roberto Pastor y Molina.

La explicación más extendida sobre su origen nos dice que se llamó así a los garbanzos porque en muchas comarcas se siembran el día de san Gabriel, el 18 de marzo.

pelota.- Del occitano pelota, y este derivado del latín pila.

Es una especie de albóndiga de pan rallado, especias, huevo y en ocasiones carne picada, que suele añadirse al cocido en España.

Es conocida también, aunque no lo recoge el diccionario, como relleno y, en Guadalajara y Aragón, como bola.

Se la considera un recuerdo lejano de los huevos cocidos que incorporaba la adafina, el plato judío tradicionalmente considerado la madre de todas las posteriores ollas, cocidos y pucheros hispanos.

sota, caballo y rey.- Las tres figuras de la baraja española. Tres vocablos provenientes, una vez más en este paseo, del latín: rey, de rex, regis; caballo, de caballus ‘caballo de carga’; y sota de subtus ‘debajo’, por hallarse en esa posición respecto a las otras dos cartas.

Se emplea coloquialmente para referirse al conjunto de los tres platos en que se considera dividido el cocido —la sopa; las legumbres y las verduras; y las carnes—, pero también a la comida ordinaria compuesta de sopa, cocido y principio. En este caso se considera cocido a las dos partes restantes.

Esos tres pasos en que se divide el cocido son generalmente conocidos como vuelcos, aunque el Diccionario de la lengua española no hace mención a ello al definir este término. Sí lo hace indirectamente al recoger otra manera en que son llamados: tumbos, pues asegura que el tumbo de olla es el nombre que recibe, de manera coloquial, «cada uno de los tres vuelcos de la olla, es decir, caldo, legumbres y carne».

En lo que respecta a los vuelcos o tumbos, el cocido maragato —el que, al fin y al cabo, ha propiciado nuestro paseo de hoy por el diccionario— se caracteriza, lo que además lo diferencia de todos los otros que se cocinan en España, por el orden en que se sirve: primero se comen las carnes; después, los garbanzos y las verduras; y, por último, la sopa.

Sobre el origen de esta peculiaridad circulan diversas teorías, que van desde la Guerra de la Independencia a la propia actividad de los arrieros procedentes de aquellas tierras, pasando por la posible llegada imprevista de algún comensal no especialmente deseado o por la capacidad de la sopa para confortar el estómago después de una comida en verdad copiosa.

Sea como fuere, lo cierto es que el cocido maragato es para este paseante, por derecho propio, uno de esos patrimonios inmateriales que merecen todos los esfuerzos que se lleven a cabo para conservarlos.

La cita de hoy

«Nunca es tarde si el cocido es bueno».

José Esteban

El reto de la semana

¿Con qué sería lógico que rematáramos —y que, no podía ser de otro modo, recoge el DLE— este paseo gastronómico maragato tirando de una de las palabras que nos hemos encontrado en él, aunque en esta ocasión en su acepción primaria?

(La respuesta, como siempre, en la página ‘Los retos’)

Un paseo ConSentido

04 jueves Nov 2021

Posted by Sollastre in restaurantes

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Josep Pla, que sin haber sido nunca, ni pretenderlo, un gourmet, entendía de las cosas del comer mucho más que la mayoría de estos, sentenció que la cocina es el paisaje llevado a la cazuela. Al fin y al cabo, si ese espacio es lo que da carácter y esencia a un pueblo, nada más natural que la tentación de comérselo.

No sabe el paseante lo que el irreverente escritor ampurdanés pensaría de ConSentido, pero barrunta que quien se definía como un conservador en cuestiones de cocina, que no aspiraba a contribuir a ninguna revolución culinaria, se sentiría cómodo aquí. Porque en este aún joven restaurante de Salamanca se verifica aquello de que la calidad de la alta cocina no contradice necesariamente la tradicional, al igual que esta no está reñida con la innovación.

Este principio es el que guía al también joven chef ―aunque en absoluto bisoño, como demuestra el amplio bagaje profesional que atesora ya sin haber cumplido todavía los 32 años― Carlos Hernández del Río, quien se ha propuesto, y a fe que lo está consiguiendo, transmitir un legado gastronómico y cultural que sin iniciativas como esta corre serio peligro de desaparecer.

Lo hace desde un respeto casi reverencial por el entorno, redescubriendo y poniendo en valor productos y productores de la tierra salmantina que le vio nacer, de ese paisaje, en definitiva, al que se refería Pla. Valga como botón de muestra que el mar no llega hasta la carta: los únicos pescados que se pueden degustar son la trucha y unos callos de bacalao, pez este que a fuerza de ser transportado por los arrieros maragatos al interior de la península acabó por ser considerado como propio en los campos de León y de Castilla.

Un amor respetuoso que, como ya ha quedado dicho, no se opone a la búsqueda de nuevos tratamientos del producto ―¡ese guiso de crestas de gallo!―, de texturas renovadas, o de combinaciones de sabores ―¡ese punto rancio del buñuelo de jamón ibérico!― en las que la concentración de la esencia  se convierte en marca de la casa.

Por nuestra parte, hagamos ya nuestra comanda con cinco palabras elegidas de entre las que figuran en el menú y emprendamos, sin más demora, este paseo por el diccionario con el que queremos rendir nuestro pequeño homenaje al sueño hecho realidad de alguien que, tenedlo por seguro, está ya en camino de convertirse en algo tan difícil como ser profeta en su tierra.

gilda.- Abrimos boca de la misma manera en que lo hicimos en nuestra visita: con este pincho cuya fórmula original consiste en aceituna, anchoa y piparra ensartadas en un palillo, y del que hoy en día existen multitud de versiones (la de ConSentido llevaba esta vez lomo de ciervo).

Probablemente la tapa más famosa del País Vasco, nació en San Sebastián en 1949, y cuenta con su propia celebración, el Gilda Eguna —Día de la Gilda, en euskera—.

Su nombre, que no está recogido en el diccionario académico a pesar de encontrarse su uso suficientemente documentado, está tomado del personaje interpretado por Rita Hayworth —actriz, por cierto, de ascendencia española— en la película homónima. Se estrenó en nuestro país en 1946 y, con los consiguientes problemas con la censura por medio, enseguida se convirtió en un auténtico mito erótico en aquella España de la posguerra. De ahí que el pincho pasara a llamarse así, pues se decía que, al igual que el personaje, esta banderilla era «verde, salada y picante».

Años antes del estreno de la película, Miguel de Unamuno, tan ligado a la historia de la ciudad que hoy nos acoge, había empleado gilda en su obra El sentimiento trágico de la vida (1913). Se trataba, sin embargo, de una palabra homógrafa con la que trataba de lexicalizar en castellano el nombre que recibía un tipo de asociación o corporación que en la Edad Media agrupaba a personas con intereses económicos comunes: comerciantes, artesanos… llamada guild, o gild, en inglés; guilde en francés; o gilde en alemán. El término procede de gilda, latinización medieval del neerlandés gilde ‘reunión festiva’.

chacina.- Carne de cerdo adobada de la que se suelen hacer chorizos y otros embutidos, así como esos mismos embutidos y las conservas que se hacen con ella.

Procede del latín vulgar *siccīna [caro] ‘[carne] seca’, derivado de siccus ‘seco’.

La tienda donde se expende es la chacinería, mientras que la persona que la elabora o vende es conocido como chacinero.

Es además otro nombre que se aplica a la cecina ―que también podemos saborear en ConSentido―, que comparte origen etimológico con ella. Si en España este tipo de carne salada, enjuta y secada al aire, al sol o al humo alcanza en la provincia de León su máximo reconocimiento, en América es célebre la mexicana cecina de Yecapixtla. Tanto que incluso ha merecido figurar en el Diccionario de Americanismos (2010). Se trata de carne cortada en tiras, que se pone a secar y a la que se añade sal. Puede comerse acompañada de salsa, aguacate, frijoles o tortillas.

En esa orilla del español cecina puede referirse igualmente, según el país en donde nos situemos, a una tira de carne de vacuno, delgada, seca y sin sal; a un embutido de carne; a una loncha delgada de carne sin cocinar; o a un corte de carne de ganado vacuno de la parte delantera de la panza.

Curiosamente, el local del restaurante por el que hoy paseamos vio durante décadas cómo se despachaban chacinas en su interior, ya que estuvo ocupado por un clásico del negocio de la alimentación en Salamanca: la salchichería de Paco Iglesias.

croqueta.- El Diccionario de la lengua española, que incluyó por vez primera esta palabra en 1869, la define como una porción de masa, generalmente redonda u ovalada, hecha con un picadillo de jamón, carne, pescado, huevo u otros ingredientes, que, ligado con besamel, se reboza en huevo y pan rallado y se fríe en aceite abundante.

Procede del francés croquette, que a su vez lo hace del verbo croquer ‘crujir’, que encuentra su origen en la raíz onomatopéyica krokk-.

Esta voz es protagonista de una leyenda urbana ampliamente extendida: que cocreta, la manera en que muchos hablantes la pronuncian por metátesis, aparece en el DLE. La propia RAE ha tenido que desmentir en más de una ocasión que esta forma, calificada como vulgar, esté recogida, ni lo haya estado nunca, en él.

Otra curiosidad lingüística relacionada con nuestra protagonista: la cremosa salsa blanca que le da sentido puede escribirse hasta de cuatro formas diferentes en nuestro idioma: la ya citada besamel, que es a la que remiten las otras; besamela; bechamel; o bechamela, esta última marcada en la propia obra académica como poco usada. Debe su nombre a Louis de Béchamel (1630-1703), marqués de Nointel, célebre gourmet y mayordomo de Luis XIV.

En la Argentina y en el Uruguay croqueta sirve asimismo para referirse a la cabeza, pensamiento o imaginación de una persona. Y en el primero de estos países encontramos la locución hacer la croqueta, que significa intentar convencer alguien.

Y en España se emplea croqueta desde hace algún tiempo, en el argot propio del ambiente, como sinónimo de lesbiana.

garbanzo.-. Ya vimos, cuando saboreamos un buen plato de legumbres, que el origen de este vocablo es incierto. Hoy vamos a ir hoy un poco más allá de la propia palabra y vamos a pasear por palabras, expresiones y locuciones recogidas en los diccionarios en las que esta papilionácea es, directa o indirectamente, protagonista.

Comenzamos con la garbanza, que es un garbanzo mayor, más blanco y de mejor calidad que el corriente, mientras que un garbanzo mulato es uno más pequeño y menos blanco que esta.

Un garbanzo negro es una persona que se distingue entre las de su clase o grupo por sus malas condiciones morales o de carácter; garbanzo de pega es el nombre que recibe una bola pequeña con carga explosiva que los muchachos arrojan al suelo o contra las paredes para asustar a la gente, mientras que garbanzos de a libra sirve para referirse a algo raro o extraordinario y, en México, también a una persona de gran talento.

Buscarse o ganarse los garbanzos es una forma coloquial de referirse a vivir del producto del trabajo propio.

Se dice que alguien es propenso a tropezar en un garbanzo cuando tiene inclinación a hallar dificultades en todo, a enredarse en cualquier cosa, a aprovechar situaciones sin importancia para enfadarse u oponerse a algo.

Cuando se asegura que ese garbanzo no se ha cocido en su olla se da a entender que un dicho o escrito no es original de quien pasa por su autor.

Y, si nos acercamos hasta Chile, vemos que allí está en su garbanzal quien se halla en el lugar o situación que le agrada o interesa.

trucha.- Pez de agua dulce ―su presencia en la carta del restaurante es un homenaje a las que se pescaban en el Tormes―, de la familia de los salmónidos, con cuerpo de color pardo y lleno de pintas, y carne comestible blanca o encarnada.

En sentido figurado hace alusión a una persona astuta, que actúa con pocos escrúpulos. Y, fuera del diccionario, ha adquirido, con ese mismo carácter, los significados tanto de varón homosexual como de prostituta de calidad, probablemente muy joven.

Si regresamos a la Argentina y al Uruguay, allí sirve para referirse coloquialmente a la cara o a la boca de una persona.

Llegó hasta nosotros desde el latín tardío tructa, tomado del griego trṓktēs, literalmente ‘tragona’.

Muy presente en nuestras cocinas, lo está asimismo en la lengua a través de numerosos dichos y refranes. Veamos algunos ejemplos:

Manos duchas comen truchas, que recuerda que la práctica es el mejor método para hacer bien las cosas.

Ayunar o comer trucha, para expresar la determinación de no quedarse con medianías si no se puede conseguir lo mejor.

No se cogen, o pescan, o toman, truchas a bragas enjutas, que encontramos en La Celestina y en El Quijote, da a entender que para conseguir algo hay que esforzarse.

Saber uno las truchas que pesca otro, o conocer sus intenciones.

La trucha y la mentira, cuanto mayor, tanto mejor, que se dice cuando se sospecha que alguien está mintiendo.

Terminamos con dos locuciones de uso en México. Ponerse trucha alguien es abrir los ojos, conocer las cosas como realmente son, mientras que ser una trucha, o muy trucha, es ser sagaz.

La cita de hoy

«Toda tradición fue en algún momento vanguardia. Por tanto, aquella vanguardia que deja poso, con alma, con sentido, crea raíces y acaba siendo tradición”.     

Carlos Hernández del Río

El reto de la semana

El de hoy es para nota, como merece el objeto de nuestro paseo. ¿El nombre de qué fruto, que podemos encontrar en la carta de ConSentido, conecta en el diccionario a los dos animales totémicos de las tierras salmantinas: el toro y el cerdo?

(La respuesta, como siempre, en la página ΄Los retos΄)

De paseo por Le Babachris

04 viernes Oct 2019

Posted by Sollastre in GASTRONOMÍA, restaurantes

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aguacate, azafrán, carpaccio, carpacho, cristiano, cristiano nuevo, cristiano viejo, hablar en cristiano, parecer vara de bajar aguacates, rancho de santa Bárbara, santabárbara, todo cristiano, volar la santabárbara, zafrán

 

Quienes tienen la costumbre de seguir estos paseos han podido comprobar en más de una ocasión que tanto Portugal como la comida se encuentran entre las predilecciones del paseante. Apegos estos dos que, además, le resultan muy fáciles de combinar, siendo un firme convencido de que es imposible no disfrutar del segundo estando en el primero.

Y como no todo allí van a ser bacalaos, tripas à moda de Porto, caldos verdes u otras preparaciones tradicionales, el destino, que en ocasiones decide hacernos un guiño por persona interpuesta, le llevó esta vez a descubrir, Le Babachris, un acogedor y sorprendente restaurante en Guimarães. Un concepto realmente innovador en el ambiente gastronómico vimarense resultado de una historia casi de película en la que el amor es el principal protagonista: el que sienten el uno por el otro sus dueños, Bárbara y Chris, portuguesa y balear que se conocieron en Francia; el amor por la ciudad; por la cocina; por la improvisación… Amor, en definitiva, que impregna la calidez que transmite un proyecto aún joven pero ya consolidado; en constante renovación, pero ya asentado.

Tres son las ideas fundamentales que inspiran y conforman esta apuesta, un buen ejemplo de que la vanguardia culinaria también puede arraigar y florecer en entornos tan históricos y tradicionales como el propio lugar que, no lo olvidemos, es la cuna de Portugal. Tres ideas que la magnífica cena que disfrutamos nos hizo interpretar de esta manera: Esencia, materializada en unos ingredientes sencillos, de mercado y de temporada, que trabajados con pasión y una creatividad respaldada por la experiencia —Simbiosis—  dan como resultado —Inspiración— unos bocados exquisitos cuya ejecución bien merece el calificativo de primorosa.

Pasearemos hoy por cinco vocablos sugeridos por la experiencia vivida —degustada más bien— en un local con cierto aire moderno que posee además la virtud de ser un lugar en el que la ausencia de distracciones sonoras permite potenciar con el de la conversación el placer de la comida.

santabárbara.- Término de marina que designa en una embarcación el compartimento destinado a guardar la pólvora, o la cámara por donde se comunica o se baja a él. En antiguos diccionarios náuticos se llamaba así también a una separación que en los buques de guerra de algún porte se hacía a popa, en la primera cubierta, para el juego de la caña del timón y como alojamiento de los oficiales mayores que ahora aparece como rancho de santa Bárbara en el DLE. Recibió este nombre por la costumbre de colocar en ese lugar una imagen de santa Bárbara, patrona de los artilleros. Virgen y mártir en Nicomedia, la tradición afirma que murió en el año 235 decapitada por su propio padre por haberse convertido al cristianismo. Él sería fulminado en el mismo sitio por un rayo poco tiempo después. Las locuciones verbales volar, o quemar, la santabárbara hacen referencia al hecho de adoptar una decisión extrema, sin tomar en consideración el daño que puedan causar los medios empleados.

carpacho.- La última edición del DLE ha incorporado esta adaptación a nuestro idioma de la voz italiana carpaccio —forma elegida cuando incluyó este vocablo por vez primera en 2001 y que sigue manteniendo—. Es un plato consistente en lonchas crudas de carne o pescado cortadas muy finas, maceradas en limón y aderezadas con aceite y parmesano o un poco de la salsa llamada «universale». (Nota al margen.- El paseante disfrutó en Le Babachris de uno delicioso de cerdo con crema de dicho queso). El nombre se debe a Giuseppe Cipriani, propietario del Harry’s Bar de Venecia, que en 1950 preparó esta comida para la condesa Amalia Nani Mocenigo, a quien el médico había prescrito una estricta dieta que excluía la carne cocinada. El color de la carne cruda le recordó al cocinero los tonos de los cuadros del pintor veneciano Vittore Carpaccio, en cuyo honor bautizó la nueva creación.

aguacate.- Del náhuatl ahuactl ‘fruto del aguacate’, ‘testículo’. Da nombre tanto a un árbol americano de la familia de las lauráceas como a, más frecuentemente, a su fruto. Este es comestible, de piel verde y rugosa, como tallada en pequeñas caras y pulpa mantecosa. De su forma da idea el origen de la palabra. También se denomina así a una esmeralda con forma de perilla. Además, en el español de América se ha utilizado para referirse metafóricamente a los testículos —Honduras, Nicaragua—; a los senos —Honduras—; a un miembro de la policía —Colombia—; a un varón que realiza el servicio militar —Cuba—; a alguien de carácter débil, poco animoso —El Salvador, Guatemala— o a aquel que resulta poco inteligente —Costa Rica, Cuba, El Salvador—. A su vez, la locución verbal parecer vara de bajar aguacates se aplica en Honduras a una persona que es muy alta y delgada. El aguacate es el ingrediente principal del guacamole.

azafrán.- Planta iridácea cuyos estigmas, que reciben el mismo nombre, se utilizan, además de en medicina, como condimento y para dar color amarillento a la comida. Desde 1970 el diccionario académico recoge también —como ya hiciera en las ediciones de 1803 y 1817—la forma zafrán. Procede del árabe andalusí azza’farán, y este del árabe clásico za’farān. Más poético resulta el origen de su nombre científico: Crocus sativus. Sebastián de Covarrubias recoge en su Tesoro de la lengua castellana o española (1611) que contaban los poetas que había un muchacho llamado Croco que estaba enamorado de una ninfa de nombre Smilace. Y «fue tan excesiva su pasión que derretido en su amor se convirtió en una flor amarilla, la cual conservó su nombre». Se llama también azafrán al color anaranjado semejante al que se obtiene del estigma de la planta —es el de las túnicas de los monjes budistas— y, en marina, a un madero que forma parte del timón.

cristiano.- Del latín christianus, procedente del griego christianós, de Christós, propiamente ‘ungido’. Se predica de lo relativo o perteneciente a la religión de cristo y de quien profesa su fe. De forma coloquial, aunque se encuentra en desuso, también se llama así al vino aguado. Como sustantivo es sinónimo de prójimo, hermano, ser humano, persona… Es término que aparece en numerosos dichos y locuciones. Hablar en cristiano, por ejemplo, significa hacerlo de una forma claramente comprensible para todos o en el idioma que todos entienden: el castellano, y todo cristiano se emplea para referirse a «todas las personas, todo el mundo». En España, durante el Antiguo Régimen (último tercio del siglo XV al primero del XIX ) se conocía como cristiano viejo a quien no tenía ascendientes musulmanes, judíos o no cristianos en general, en contraposición al cristiano nuevo, persona que se convertía y era bautizada de adulta.

 

La cita de hoy

«Funcionamos como una escuela porque formamos el paladar de las personas».

 Christian Rullán

 

El reto de la semana

Usando coloquialmente la cabeza, ¿con qué fruta —con la que además estaba elaborada la gelatina que acompañaba al carpaccio al que antes aludíamos— nos regalaríamos al terminar el paseo de hoy?

 

(La respuesta, como siempre, en la página ‘Los retos’)

Paseando con El Alquimista

21 miércoles Ago 2019

Posted by Sollastre in GASTRONOMÍA, restaurantes

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aguachile, ajenabe, ajenabo, alquimia, alquimista, betabel, betarraga, beterava, beterraga, hummus, humus, jenabe, jenable, luliano, lulismo, mostaza, remolacha

Una reciente visita a su querida Salamanca le ha servido al paseante para rememorar el título de uno de aquellos libros sobre esoterismo y otros mundos que tan en boga estaban en su ya lejana infancia lectora: La alquimia, ¿superciencia extraterrestre?, en el que los autores se preguntaban si los secretos de la energía y la materia habían sido ya descubiertos en otros puntos del espacio o del tiempo.

Y lo recordó porque tuvo la fortuna de disfrutar de la cocina del restaurante El Alquimista, el lugar donde César, Sandra y su equipo demuestran que con mucha vocación, sin necesidad de extender alfombras rojas y manteniendo los pies en la tierra a la hora de plasmar ese arte que consiste en la preparación de una buena comida, como define el DLE la gastronomía, es posible, buscando el contrapunto entre lo tradicional y lo moderno, lograr sabores tan intensos como ligeros, de esos que pasan a alojarse sin remedio en nuestra memoria sensorial. Si a ello unimos un magnífico servicio en una sala en la que te ves envuelto por un huerto vertical, una ola de platos de cerámica surcando la pared o coladores haciendo las veces del cañamazo de labores de punto de cruz… el resultado no puede ser otro que estar deseando ya regresar, mucho más pronto que tarde, en una nueva ocasión.

«Hay otros mundos, pero están en este», dejó escrito el escritor surrealista Paul Éluard, así que hoy pasearemos por cinco palabras encontradas en este local que, situado en «la plaza más bonita de Salamanca», según el parecer de sus propios creadores, nos confirma que en la capital charra existen otros universos muy merecedores de nuestra visita más allá del entorno de la Plaza Mayor.

alquimista.- La persona que practicaba la «alquimia» o lo referido o perteneciente a ella. Esta, cuyo nombre deriva del árabe andalusí alkímya, este del árabe clásico kīmiyā[‘], y este del griego chymeía ‘mezcla de líquidos’, consiste en una serie de experiencias, entreveradas con elementos esotéricos y mágicos, tendentes a la consecución de la transmutación de la materia. Surgida en los siglos III y IV, se trataba sustancialmente de un proceso simbólico en el que se buscaba la obtención de oro —a partir de otros metales— como símbolo de la iluminación y de la salvación. En el Diccionario académico nos encontramos con quien fue considerado uno de los más destacados alquimistas de su época: el filósofo Raimundo Lulio (1235-1315), presente en él a través de los términos «lulismo» —tendencia filosófica y mística basada en su obra— y «luliano» —lo perteneciente y relativo a él o a dicha tendencia—. Por otra parte, en México se emplea «alquimia» para referirse con carácter festivo a un fraude electoral.

aguachile.- Cuando el Diccionario de la lengua española incorporó este término en 2001 se limitó a señalar, además de su origen mexicano, que se trataba de un «caldo aguado de chile». En la última edición incorpora la definición que aparece en el Diccionario de americanismos y que resulta mucho más concreta: «caldo aguado de chile, tomate, camarón y especias». El nombre de este plato típico de la costa occidental de México, del que existen hoy múltiples variantes, está compuesto por las palabras «agua», del latín aqua, el líquido que es el componente más abundante en la superficie terrestre y que cuando se encuentra en estado puro es transparente, incoloro, insípido e inodoro, y «chile», del náhuatl chilli, nombre que recibe en varios países americanos el pimiento. Ingrediente principal de la cocina mexicana y símbolo de su identidad, en este país norteamericano existen hasta 50 tipos distintos.

remolacha.- Cultivo tradicional del campo salmantino, es una planta herbácea anual con tallo derecho y ramoso, hojas grandes, flores pequeñas, fruto seco y raíz grande, carnosa y encarnada, que es comestible. De ella se extrae azúcar —«remolacha azucarera»— y sirve como alimento del hombre y del ganado —«remolacha forrajera»—. Del italiano ramolaccio ‘variedad cultivada del rábano silvestre’, derivado del latín armoracium, y este del galo are more ‘cerca del mar’. Es también conocida como «betarraga», tomada del francés betterave, que con sus diversas variantes —«betabel», «beterava», «beterraga»…— es el término que pasó a América. El Diccionario de autoridades (1726) —en donde ambos términos aparecen documentados por vez primera en nuestra lengua— la definía, mientras que en remolacha se limitaba a remitir a ella. En nuestros días el DLE lo hace a la inversa.

hummus o humus.- Otro vocablo gastronómico que ha llegado al Diccionario de la lengua española en el siglo XXI. En este caso, en la conocida como edición del Tricentenario (2014). Originariamente se trata de una pasta de garbanzos aderezada con tahini —crema elaborada con semillas de sésamo molidas—, aceite de oliva, ajo y limón básicamente. En ocasiones se le añade también alguna especia picante. Plato muy popular en todo el Oriente Medio y algunas otras regiones del mediterráneo, se especula con que puede tener su origen en Egipto, donde la presencia del garbanzo en su cocina se remonta al Imperio Medio —hace 4000 años—. En su segunda forma no debe confundirse con la palabra homógrafa «humus», derivada del latín humus ‘tierra’, ‘suelo’, que hace referencia al mantillo, la capa superior del suelo formada por la descomposición de restos vegetales y, en menor medida, de animales.

mostaza.- Planta de las crucíferas con numerosas semillas de sabor picante que se emplean en cocina y en medicina. También se denomina así a la propia semilla, a la salsa que se elabora con ella y a un tipo de munición de perdigón de pequeño tamaño. Curiosamente, el nombre deriva del adjetivo latino mustaceus ‘de mosto’, por el condimento con que se elaboraba la salsa para mitigar su picor, y no, como parecería más lógico, de sināpi, nombre latino de la planta. Este, que a su vez procede del griego sínapi, sí se encuentra en el origen de «sinapismo», como ya vimos en su momento y de otro nombre que recibe la mostaza en nuestra lengua: «jenabe» —también en las formas «ajenabe», «ajenabo» y «jenable»—, del árabe andalusí *aššinab, evolución de la voz latina. Aunque sin gozar del aval académico, mostaza se emplea también para referirse a un color amarillo oscuro similar al de sus flores.

 

La cita de hoy

«Salamanca siempre deja un buen sabor de boca».

César Niño

El reto de la semana

Ya que hemos visitado México en nuestro paseo de hoy, ¿con qué licor —presente en la carta de El Alquimista, por supuesto— puro, es decir, que no es mezcla, podemos brindar hoy al terminar el paseo?

(La respuesta, como siempre, en la página ‘Los retos’)

De paseo con Trigo

05 martes Dic 2017

Posted by Sollastre in GASTRONOMÍA, restaurantes

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berenjena, hinojo, pesto, restaurante Trigo, trigo, vichyssoise

Se acercó el paseante en esta ocasión hasta tierras pucelanas para asistir a un congreso de protocolo y comunicación. Y aunque la obligación deba ir por delante de la devoción, ello no significa en modo alguno que resulten incompatibles, por lo que encontró tiempo para asomarse también a algunos de los patios históricos de la ciudad, para seguir los pasos de Cipriano Salcedo, el protagonista de El hereje (1988) de Miguel Delibes y, no podía ser de otra manera conociéndole, para regalarse con una muestra de lo mejor de la gastronomía local.

Y ciertamente la elección para ello de Trigo no pudo resultar más acertada ni más conexiva a la vez, porque si en el perfil que deben reunir los responsables de protocolo ante los retos que los actuales cambios imponen a su tradicional cometido se encuentran aspectos tales como capacidad de evolucionar sin olvidar las raíces; profesionalidad basada en la tríada ‘trabajo, trabajo y trabajo’; equilibrio entre rigor y flexibilidad para no caer en la rigidez; labor en equipo con una clara diferenciación de tareas y delegación de competencias, así como la humildad necesaria para no perder de vista que el verdadero protagonista de la ‘función’ es el producto final, la impresión que con él logremos causar, no cabe la menor duda de que quien esto escribe encontró todo ello en este restaurante -que no por casualidad acaba de ser reconocido con una estrella Michelin- mientras disfrutaba de un menú que tampoco por azar lleva el nombre de Festival.

Por todo ello discurriremos hoy por cinco palabras espigadas -nunca mejor dicho- en su carta para rendir nuestro particular homenaje a quienes lo dirigen, Noemí y Víctor, así como a Jenniffer, Rubén y el resto de colaboradores, confiando en poder repetir visita a no mucho tardar. ¿Te apuntas, Susana?

trigo.- Género de plantas de la familia de las gramináceas de cuya semilla se obtiene la harina que se emplea más frecuentemente para elaborar pan. Originaria de la antigua Mesopotamia, es uno de los tres cereales más producidos en el mundo y consta de numerosas especies y multitud de variedades, de las que el DLE recoge hasta tres docenas -entre ellas el ya visitado en estos paseos trigo de Polonia o de Bona cultivado en León, tierra de origen de Noemí y Víctor-. El nombre, que designa tanto a la planta como a sus semillas, procede del latín tritīcum y podemos encontrarlo también en diversas locuciones. Valgan un par de ellas como muestra: no ser trigo limpio algo o alguien indica que no es un asunto o una persona tan bueno o transparente como aparenta, mientras que ¡vuelta la burra al trigo! se espeta a quien se empeña tercamente en volver sobre una cuestión que ya se daba por concluida o en actuar de la misma manera que ya ha probado ser ineficiente.

pesto.- Del italiano pesto, y este de pestato, participio de pestare ‘machacar, majar’. Salsa que se elabora coen albahaca, ajos, piñones, aceite de oliva, sal y quesos parmesano y pecorino (aunque la definición en el DLE no los incluye). En un principio servía para acompañar ñoquis, pasta o sopas. En italiano es conocido como pesto alla genovese por ser originario de la región de Liguria, cuya capital es Génova y donde se celebra el campeonato mundial de su preparación en mortero. Si bien la RAE no lo ha incorporado hasta 2014, podíamos encontrarlo hace ya tiempo en diversos diccionarios y vocabularios de países latinoamericanos, lugares en los que incluso aparecieron versiones locales de la receta, reflejo de la alta inmigración desde la península itálica. Además, como leemos en el Diccionario de americanismos, en Argentina y en Uruguay dar el o un pesto significa dar una paliza, derrotar ampliamente al rival en un deporte o reprender severamente a alguien (en referencia al significado original de machacado).

hinojo.- Volvemos con otra planta, en esta ocasión una herbácea umbelífera sumamente aromática, con un gusto dulce que recuerda al del anís y cuyo uso culinario resulta muy versátil: las semillas se emplean como especia, el bulbo como hortaliza y las hojas y los tallos picados como condimento. Empleado con frecuencia para adobar aceitunas, ya el Diccionario de autoridades (1734) indicaba que, según el médico y botánico Andrés Laguna de Segovia, la variedad silvestre se dulcificaba bastante al cultivarlo sembrando su semilla dentro de un higo seco (sic). El DLE recoge también la variedad conocida como hinojo marino, de sabor salado. Esta voz procede del latín tardío fenucŭlum, del latín clásico feniculum, diminutivo de fenum ‘heno’. La i encuentra su explicación en la confusión entre esta palabra y su homógrafa, derivada en este caso del latín vulgar genŭculum, hinojo ¨rodilla¨ (en donde encuentra su explicación la locución hincarse de hinojos).

berenjena.- Le toca ahora el turno a esta solanácea que se llama igual que su fruto, aovado y lleno de una pulpa blanquecina cubierta por una película de color morado. Proviene del árabe andalusí baḏinǧána, este del árabe clásico bāḏinǧānah y este del persa bātingān. Su uso se encuentra documentado en nuestro idioma desde principios del siglo XV, si bien hasta 1884 el Diccionario académico ofrecía la forma berengena. Literariamente se empleó también la grafía verengena (como podemos encontrar en obras de Delicado, Cervantes, Góngora…). La expresión coloquial meterse en un berenjenal viene a ser sinónimo de hacerlo en un lío del que resulta difícil salir y puede tener su origen tanto en los aguijones que cubren sus hojas, lo que dificulta su recolección, como en la mala fama que arrastra esta planta desde la antigüedad, pues ya Covarrubias (1611) resaltaba que los latinos la habían bautizado como ‘manzana loca’ porque supuestamente alteraba a los hombres, provocándoles lujuria.

vichyssoise.- Terminamos el paseo de hoy con un término que no solo no aparece en el Diccionario de la Lengua Española, sino que tampoco lo hace en el Dictionnaire de l’Académie française ni, con esta acepción, en el Trésor de la Langue Française (1971-1994), que recoge más de cien mil palabras del idioma vecino. Se trata de una crema a base de patatas, la parte blanca de puerros, caldo de ave y opcionalmente cebolla, ligada con crema o nata y condimentada con cebollino picado. Generalmente se toma fría. Su origen es discutido, aunque suele atribuirse a Louis Diat, chef francés del hotel Ritz-Carlton de Nueva York, quien habría modificado una receta tradicional y la habría bautizado así por haber nacido cerca de la ciudad de Vichy. Otra versión asegura que fue un cocinero de Bermeo, al servicio del embajador español ante el gobierno colaboracionista de Vichy durante la II Guerra Mundial, quien la habría creado como forma de refinar el guiso de puerros conocido como porrusalda.

La cita de hoy

“Cuando uno resulta creíble en su trabajo consigue respeto; y con respeto se puede trabajar con libertad”.

Reyes Martín Celaya

El reto de la semana

¿Con qué vino español podríamos haber brindado al término de nuestro paseo de hoy por que continúe el éxito de Trigo, mientras evocábamos a Edgar Allan Poe?

(La respuesta, como siempre, en la página de ‘Los retos’)

 

Paseando por el Cenador de Amós

13 miércoles Sep 2017

Posted by Sollastre in GASTRONOMÍA, restaurantes

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canela, Cenador de Amós, espárrago, filipina, magano, petricor

Piano piano, como quien no quiere la cosa, casi sin darnos cuenta y al tran tran, con este que iniciamos ahora alcanzan estos paseos por el tumbaburros -que diría festivamente un mexicano– una cifra redonda: doscientos. Y en verdad pocas formas mejores podríamos haber encontrado de celebrar esta ducentésima entrega que disfrutando de una cena en el cántabro Cenador de Amós.

Ubicado en una casona palacio del siglo XVIII, es el ‘taller artesanal’, en sus propias palabras, en el que Jesús Sánchez desarrolla con su equipo una cocina creativa, sin duda arriesgada, empleando técnicas innovadoras, sí, pero sin olvidar -imbuido sin duda del espíritu de ese abuelo a quien homenajea en el propio nombre del restaurante- la historia, su propio acervo culinario. Tradición y modernidad, pues, como balizas que orientan el desarrollo de una cocina que, hasta el momento, se ha hecho merecedora de lucir dos Estrellas Michelin y tres Soles Repsol.

En esta ocasión ampliaremos el caladero en el que solemos pescar nuestras palabras cuando visitamos un restaurante, el menú degustado, para buscarlas también entre aquellas con algún significado próximo para este cocinero navarro que gusta de acercarse al producto con optimismo y una sonrisa, consiguiendo un exquisito resultado capaz de evocar y provocar a la vez; de conmover al comensal, en una palabra. ¿Se puede pedir más?

canela.- Especia muy aromática y de sabor muy agradable, empleada en repostería y como condimento. Es la segunda corteza de las ramas y rebrotes de la raíz del canelo, árbol originario del antiguo Ceilán que tomó su nombre a partir de la especia. Llegó a nuestro idioma a través del francés antiguo canele, procedente del italiano cannella, diminutivo de canna ‘caña’ -que a su vez viene el latín canna, del griego kánna, de origen asirio-babilónico-, por la forma de canutillo que adopta al secarse esta corteza. Presente en nuestra literatura desde El libro de Buen Amor (s. XIV) de Juan Ruiz, decir de algo o de alguien que es la flor de la canela, canela en rama o canela fina es una manera de encarecer su excelente calidad. No hay que olvidar que en la antigüedad la canela alcanzaba un altísimo valor -llegando a equipararse como medio de pago al oro o la plata-, hasta el punto de que en los siglos XVI y XVII había barcos, sobre todo portugueses, que se dedicaban en exclusiva a su comercio.

filipina.- Viene este término a nuestro paseo en su acepción americana -está documentado su uso en México, República Dominicana, Guatemala o Cuba- de prenda de vestir, una camisa o chaqueta de dril, con botones o cierre al frente, generalmente de manga corta, sin solapas -con cuello del denominado mao, chino o mandarín-, vestida por los hombres y que se emplea en diversas profesiones y oficios: médicos, cocineros… Con este significado aparece recogido en el DLE desde 1936. Su origen etimológico nos remonta hasta el rey Felipe II, epónimo de las Islas Filipinas. Originariamente llamadas Islas de Poniente por el navegante Magallanes, quien las reclamó para la Corona española, será Ruy López de Villalobos quien durante la expedición por él capitaneada entre 1542 y 1544 bautizará el archipiélago -en un principio, en la forma Felipinas, a las islas de Leyte y Samar- en honor de quien entonces era entonces Príncipe de Asturias.

magano.- Nombre que recibe en Cantabria el calamar. Según Adriano García Lomas –El lenguaje popular de las Montañas de Santander (1949)- deriva del castellano magaña ‘astucia, ardid’, tal vez con origen en el griego magganon ¿’engaño’? -probablemente en referencia a la tinta que dispara este molusco para poder huir cuando es atacado-. Este término no aparece en el DLE, aunque sí se hallaba en las cuatro ediciones que entre 1927 y 1989  publicó la RAE del Diccionario manual e ilustrado de la lengua española, una versión resumida y complementaria de aquel. Podemos rastrearlo en distintas obras de escritores nacidos a las orillas del mar Cantábrico como José María de Pereda –Sotileza, Escenas montañesas-, Ignacio Aldecoa –Gran Sol– o Álvaro Pombo –El héroe de las mansardas de Mansard-. Los ejemplares más apreciados son los denominados de guadañeta, pescados en sus costas en la época estival empleando este antiguo sistema a base de anzuelos.

petricor.- Una de las palabras favoritas del paseante por la sensación que le evoca. Es el nombre que recibe el olor que se desprende al llover en suelos secos: lo que comúnmente conocemos como ‘olor a tierra mojada’. Algunos científicos creen que la capacidad humana para apreciarlo proviene de cuando nuestros ancestros dependían de la época de lluvias para su supervivencia. Ausente todavía de los diccionarios de nuestro idioma, se trata de un calco del inglés petrichor, que el Oxford English Dictionary define como ‘aroma que frecuentemente acompaña a la primera lluvia caída tras un periodo de tiempo seco en algunas regiones’. Esta voz apareció por vez primera en un artículo de la revista Nature en 1964, acuñada por dos científicos, la australiana Isabel Joy Bear y el británico Richard Thomas, a partir de los componentes griegos petra ‘piedra, roca’ e ichṓr ‘icor’ -parte serosa de la sangre y, en la mitología griega, el propio fluido que circulaba por las venas de los dioses-.

espárrago.- Del latín asparăgus, propiamente ‘tallo pequeño, brote’, y este del griego aspáragos, con el mismo significado. En tiempos antiguos, como podemos leer en el propio Diccionario de autoridades (1732), designaba el tallo tierno de cualquier hierba o árbol agradables al gusto. Posteriormente se circunscribe a lo que hoy conocemos como tal: la yema de tallo recto y comestible producto de la esparraguera -conocida igualmente por el propio nombre de espárrago-, planta de la misma familia a la que pertenecen el puerro o la cebolla. Si encontramos este vegetal en nuestras mesas ya desde la época de los romanos, lo hacemos con su nombre en locuciones como mandar a alguien a freír espárragos -para despedir a alguien sin miramientos, incluso con enojo, en muchas ocasiones para poner fin a una discusión-, estar solo como espárrago o como espárrago en el yermo -que refleja la soledad de aquel de quien se predica- o la argentina machucar los espárragos -estrechar fuertemente la mano de otra persona-.

La cita de hoy

“La cocina es un ejercicio de seducción”.

Jesús Sánchez

 

El reto de la semana

¿Con qué habremos brindado hoy al término de nuestro paseo para celebrar por todo lo alto este aniversario?

(La respuesta, como siempre, en la página de ‘Los retos’)

De paseo por Cocinandos

08 jueves Dic 2016

Posted by Sollastre in GASTRONOMÍA, restaurantes

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Cocinandos, gominola, jabalí, morcilla, sésamo, zanahoria

logococinandos

Escribió Julio Llamazares al dedicar uno de sus libros al paseante que este ‘se ha enamorado de León’. Y, como ocurre en estos trances, el interesado está siempre ávido de encontrar nuevos motivos que corroboren el porqué de su flechazo. Algo que ocurrió esta semana cuando pudo disfrutar al fin de un sueño largamente acariciado: cenar en Cocinandos, uno de los mejores incentivos que ha encontrado para prolongar su idilio con esta ciudad.

Porque pocos embajadores puede encontrar la capital del Viejo Reino mejores que Juanjo y Yolanda -Yolanda y Juanjo, monta tanto- quienes en su restaurante, abierto en 2003 y que cuenta desde 2009 con una estrella Michelin recientemente confirmada, consiguen cumplir con creces su propósito de que los comensales se lleven no solo algo en el estómago, sino también en el sentimiento. Y eso desde la propuesta de un único menú degustación -aspecto en el que fueron pioneros- renovado prácticamente cada semana, en el que los productos de mercado y de temporada son transformados con las modernas técnicas y conceptos culinarios para lograr un conjunto equilibrado y armónico que muestra cabalmente la idea del sentido de la cocina de sus autores y convierte su disfrute en una auténtica experiencia sensorial.

Paseemos hoy entre las mesas de Cocinandos, saboreando cinco palabras incluidas en un menú, el  número cuatrocientos setenta y nueve de su andadura, que consiguió, parafraseando su propio encabezado, que este paseante fuera un poquito más feliz y del que, jugando con las palabras como nos gusta hacer por aquí, puede afirmarse con rotundidad que hace honor al nombre de la calle en que está emplazado el restaurante: Campanillas.

sésamo.- Planta herbácea anual de la familia de la pedaliáceas que se cultiva por sus semillas comestibles, ricas en aceite. Es originaria de Asia y África, desde donde se introdujo en América transportada por los esclavos, quienes empleaban esas semillas para dar sabor y espesar sus platos. De la misma especie que el ajonjolí –también se llama así a una pasta de nueces, piñones o almendras con esta planta- y la alegría, entre 1884 y 1956 aparecía en el DLE como un sinónimo de esta última. Procede del latín sesămum que a su vez lo hace del griego sḗsamon. Lo encontramos por vez primera en español en Calila e Dimna (1251), colección de cuentos probablemente encargada traducir por Alfonso X el Sabio. ¡Sésamo, ábrete! o ¡Ábrete, Sésamo! es una fórmula que se emplea para referirse a un medio que es capaz de producir determinados resultados, como abrir puertas -en sentido metafórico- o superar dificultades. Tiene su origen en el cuento Alí Babá y los cuarenta ladrones, incluido en las Mil y una noches.

gominola.- Una de las novedades incorporadas por el DLE en su última edición, circunscribiendo su uso al territorio español. Es un tipo de caramelo blando masticable, de muy diversas figuras, frecuentemente cubierto con granitos de azúcar. Tomada de la marca registrada Gominolas®, que fue creada en 1964 por la empresa española Pastor y Canals -también conocida como Roypas-. En septiembre de 2014 la marca fue adquirida por la empresa confitera Migueláñez. Esta golosina, que según el Diccionario de americanismos recibe el nombre de gomita en distintos países del continente, forma parte del grupo genéricamente conocido como chucherías –o chuches, en su abreviatura usada habitualmente-, cuya segunda acepción ha sido también modificada en esa vigesimotercera edición del Diccionario académico. Curiosamente, la conocida también como Edición del Tricentenario ha incorporado, asimismo con la marca ‘España’, el nombre de otro dulce habitualmente consumido por los niños: piruleta.

jabalí.- En el DLE encontramos también la forma jabalín, que se mantiene, aunque es poco usada, en Andalucía y Salamanca y de la que deriva la forma femenina, jabalina. Encuentra su origen en el árabe andalusí ǧabalí, del árabe clásico ǧabalī ‘montés’, derivado de ǧábal ‘montaña’. Mamífero paquidermo, de la familia de los suidos, especie de cerdo salvaje, de gran fortaleza, pelaje muy denso y grandes colmillos salientes de la boca -que reciben también el nombre de navajas-. En España, donde su población es muy abundante, está considerado como una pieza de caza mayor. Durante la Segunda República española recibieron el apelativo de jabalíes un grupo de diputados de las Cortes Constituyentes caracterizados por su demagogia, anticlericalismo y su política antigubernamental. Fueron calificados como tales a raíz de un discurso pronunciado por Ortega y Gasset en el Congreso de los Diputados. Por extensión, se denomina en política de esta manera a alguien intransigente y de actitudes agresivas.

morcilla.- Voz de origen incierto. Covarrubias afirmaba que se llamó así por el latín morsus ‘bocado’, porque se corta en trozos. El DLE apunta que quizá provenga de la misma raíz, posiblemente prerroman,a que morcón, que Corominas aventura que pudiera estar emparentada con el vasco mukurra ‘objeto abultado y disforme’ y con el céltico mukorno- ‘muñón’. El DLE muestra tres acepciones: la primera, presente ya en el Diccionario de autoridades, se refiere a un embutido hecho con sangre y especias, que con frecuencia incorpora cebolla y otros ingredientes como pan, arroz, frutos secos, hierbas aromáticas, etc. En 1869 se incorpora el sentido de añadido que, especialmente en teatro, improvisa quien lee o dice un texto. En dicha edición se atribuía a los ‘malos comediantes’. Finalmente, en 1956 aparece el significado de trozo de carne envenenada que se utilizaba para matar perros callejeros, especialmente en épocas de epidemias. De aquí provendría la expresión ¡que te -os, les, etc.- den morcilla!, que, con su sentido suavizado, se emplea hoy para manifestar rechazo, desprecio, desagrado hacia alguien.

zanahoria.- Del árabe andalusí *safunnárya, tomado del griego staphylínē agría ‘zanahoria silvestre’. El DLE recoge también las formas azanoria y acenoria, del ámbito rural y poco usada esta última, así como el sinónimo desusado pastinaca.  En nuestra lengua se documenta por vez primera, como çahanoria, en la obra más importante del siglo XIV: El libro de Buen Amor de Juan Ruiz. Es una hortaliza de las umbelíferas, considerada la especie de mayor consumo dentro de esta familia, con raíz fusiforme -de forma de huso, más larga que gruesa-, de unos 20 cm de longitud, usualmente de color naranja, jugosa y comestible, que recibe el mismo nombre. En algunos países americanos se predica de una persona ingenua, sin malicia, o tonta; de escasa inteligencia en otros. Es término usado entre los jóvenes en Venezuela para referirse a alguien con hábitos saludables o que no consume drogas. En Panamá es el apelativo que recibe una persona pelirroja.

 La cita de hoy

“Para que un plato sea perfecto tiene que haber un estado de ánimo perfecto en el comensal”

 Yolanda León

 

El reto de la semana

Sin salirnos del menú disfrutado en Cocinandos, ¿qué alimento, cuyo nombre es resultado del cruce de dos palabras procedentes de América y usual a la hora del aperitivo podemos degustar en el nuestro tras el paseo de hoy?

(La respuesta, como siempre, en la página de ‘Los retos’)

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