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Cavilaba estos días el paseante sobre cómo este mes de mayo, con sus cambios constantes de tiempo, su inestabilidad atmosférica…, tan primaveral, en suma, desmentía aquello de que ‘En Madrid, nueve meses de invierno y tres de infierno’.

Y recordando otros nombres, citas, dichos o, refranes relativos a Madrid -desde los ‘callos a la madrileña’ hasta ‘hacer una vicalvarada’, por poner solo dos ejemplos- sus reflexiones le han llevado hasta el mismo diccionario para encontrar en él términos surgidos de este ‘rompeolas de todas las Españas’, como la denominó Machado.

Tomaremos hoy el tranvía –sin pretender en absoluto ser más chulos que un ocho– para pasear por cinco palabras recogidas en el DRAE y que vieron la luz bajo ese cielo que otro sevillano, Velázquez, supo reflejar magistralmente en sus cuadros.

isidro.- La persona simple, el aldeano incauto que se acercaba a Madrid –aprovechando la rebaja en la tarifa de los billetes del tren, según Antonio Díaz-Cañabate- con motivo de las fiestas celebradas en honor de san Isidro, origen del apelativo. Su desorientación en la ciudad les hacía pasto de timadores y ‘graciosos’.

monosabio.- Mozo que ayuda al picador en la plaza. Hacia 1847 se exhibió en Madrid un número con simios amaestrados, llamados ‘monos sabios’. Poco después, los mozos de la plaza de toros aparecieron uniformados con trajes de colores (azul y encarnado) iguales a los que lucían los animales, por lo que el público comenzó a llamarles así. 

cotilla.- Persona chismosa amiga de fisgar y de transmitir murmuraciones. Con esta acepción aparece en el siglo XIX, atribuida a María de la Trinidad, llamada la Tía Cotilla, una fanática –ajusticiada en 1838-, cabecilla de una pandilla de absolutistas, con una red de chivatos y espías a los que se llamó cotillas, en alusión a quien los dirigía.

quinta columna.- Grupo que en un país en conflicto actúa clandestinamente a favor del enemigo. La expresión surgió en la Guerra Civil al anunciar el general Mola que cuatro columnas avanzaban hacia Madrid y que una quinta estaba dentro de la ciudad, lista para actuar. Hay quien atribuye la frase al también general Queipo de Llano.

simón.- Se llamaba así en la villa al coche de caballos de alquiler, denominado también de punto por tener uno fijo de parada. El DRAE indica que procede de Simón, nombre de un alquilador de caballos de Madrid, si bien, según las fuentes que se consulten, hasta cuatro personas distintas –al menos- optarían a ser su epónimo.

 

La cita de hoy

“Adiós, Madrid, que te quedas sin gente”

Se utiliza con ironía para despedir a quien se cree muy importante, imprescindible, al pagado de sí mismo que considera que con su ausencia todo se termina. Se cuenta el chascarrillo de un aldeano que tras haber trabajado muchos años en la ciudad, decide volver a su pueblo. Ya en el tren, echa un último vistazo a Madrid y pronuncia la frase.

 

El  reto de la semana

¿Qué podríamos haber encontrado en el DRAE, sin tener siquiera que salir de la provincia de Madrid, para haber brindado por el buen fin de nuestro paseo de hoy?