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esnob, hampa, hampón, hampo, hampoducto, hamponil, mandilandinga, martingala, metopomancia, metoposcopia, papahuevos, papamoscas, papanatería, papanatez, papanatismo, paparote
Para el paseante se ha convertido en una costumbre —todavía no inveterada, pero todo se andará, y nunca mejor dicho—celebrar su cumpleaños con algún recorrido por las calles de Madrid organizado por la editorial La Felguera en fechas aledañas.
En esta ocasión el motivo para ponernos en marcha fue la presentación de Las calles siniestras, una selección de los textos en los que el escritor Pío Baroja reflejó el resultado de sus andanzas por las calles de Madrid, de París, de Londres buscando el envés de esas ciudades, la «cara oculta de la Luna» urbana que todos saben dónde se encuentra, pero a la que la mayoría pretende ignorar.
En esta antología del eterno paseante, como se subtitula un libro que es en realidad una invitación al paseo extendida desde su página inicial, encontramos las impresiones sobre esas zonas oscuras de quien se consideraba «paseante per se y escritor per accidens». Un mundo del que era consciente de estar asistiendo a su agonía, habitado por esas gentes que siempre le parecieron más interesantes que los oficinistas o los comerciantes, y para quienes siglo tras siglo se ha cumplido aquello que expresaba con otras palabras Jacinto Benavente al comienzo de Los intereses creados: «para los pobres todos los pueblos son malos».
Saldremos hoy al encuentro de cinco palabras encontradas entre los recovecos de estos callejeos barojianos —adjetivo, por cierto, incorporado al diccionario académico en la edición de 2001— en los que hemos podido saludar de nuevo a un puñado de viejas amigas de nuestros paseos: golfería, apache, jacobino, simón, rocambolesco, zarzuela, zuavo, levita, donjuán, estrambótico, cacique, dril, charol, gavilán…
metoposcopia o metoposcopía.- Método de adivinación del carácter, el porvenir o el destino de una persona basado en las líneas del rostro.
Deriva del griego metōposkópos ‘fisonomista’, compuesto por métopon ‘frente’ y skópeo ‘observar’, y el sufijo -ia
En ocasiones también recibe el nombre de metopomancia, voz que no está recogida en el diccionario de la RAE, pero que sí podemos encontrar en obras como el Diccionario enciclopédico Gaspar y Roig (1855) o el Vocabulario tecnológico de medicina, cirujía [sic] y ciencias auxiliares (1878) de J. Cuesta y Ckerner.
Conocida desde la antigüedad, fue desarrollada en la época renacentista por el médico y matemático Girolamo Cardano (1501-1576), que le dedicó una obra compuesta en trece libros, que incluían ochocientos dibujos de la cara humana. Este autor sostenía que la metoposcopia, uno de los tres aspectos, junto a la quiromancia y la fisiognómica, de la adivinación natural, consta de tres partes: la forma de la cara, las rayas y los lunares y las manchas del rostro entero.
hampa.- Conjunto de la gente maleante, en especial aquellos que están organizados en algún tipo de sociedad con normas de conducta particulares. Antiguamente utilizaban una jerga propia, llamada germanía, en la cual el hampa, la picaresca, reciben el nombre de mandilandinga.
Su origen es incierto: tal vez provenga del francés hampe ‘fuste —el palo o vara en que va fijado el hierro— de lanza y de otras armas’, cuya variante antigua hante nos lleva, mediante el cruce con el antiguo franco bajo *hant ‘mano’, al latín hasta ‘lanza, pica’.
De ella derivan términos como hampo —desusado—y hampesco, para referirse a lo perteneciente o relativo a ella; hampón, como se denomina a un valentón o maleante; y dos utilizados en Venezuela: hamponil, con el mismo significado que hampesco, y hampoducto, que es una forma festiva para referirse a la circulación de hampones entre localidades o cárceles.
Hampa es también el nombre que recibe en grafología el trazo vertical superior de algunas letras.
esnob.- El DLE asegura que es aquella persona que imita con afectación a quienes considera distinguidos. El diccionario de Seco, Andrés y Ramos añade que se trata también de alguien que expresa una exagerada preocupación por todo lo que está de moda.
Llegó a nuestra lengua desde el inglés snob, palabra de origen desconocido que a finales del siglo XVIII servía para designar a un zapatero o a su aprendiz. En este idioma tiene también el sentido de alguien que desprecia a quienes considera inferiores en rango, logros, gustos…
A pesar de ignorarse el origen de este vocablo es frecuente encontrar la versión de que se originó como forma abreviada del latín sine nobilitate ‘sin nobleza’, y así se habría empleado en determinadas circunstancias: en los registros de estudiantes de las universidades de Oxford y Cambridge —esta explicación fue atribuida en nuestro país al filósofo Ortega y Gasset—; en las listas de los pasajeros de barcos, para asegurarse de que solo los más distinguidos accedieran a cenar en la mesa del capitán o en las de invitados a algún acto, con el fin de señalar quiénes no debían ser presentados con título nobiliario. A pesar de hallarse ampliamente extendida, esta teoría carece de fundamento real.
papanatas.- Forma coloquial de referirse a una persona simple, cándida y crédula en exceso, fácil de engañar y que se pasma con cualquier cosa. Movida por el interés en aparecer como alguien que está a la última suele prestar atención y valorar de manera acrítica cualquier cosa que resulte novedosa. En este sentido podemos considerarlo emparentado en cierta manera con el esnob.
Está compuesto de papar, comer cosas blandas, que no requieren ser masticadas, y nata, referida a la crema de la leche que se ingiere con facilidad. La combinación de ambos términos refleja el uso metafórico de lo que hace el papanatas: tragarse figuradamente cualquier asunto sin análisis ni cuestionamiento alguno.
De ella derivan papanatismo, la cualidad o actitud de papanatas y papanatería, con el mismo significado, voz esta no incluida en el diccionario de la lengua española, pero que sí encontramos en el de Moliner y en el de Seco, Andrés y Ramos. Este incluye además papanatez, con el sentido de tontería o idiotez.
El DLE recoge, igualmente con la marca de coloquial, los sinónimos papamoscas, papahuevos y paparote —estos últimos además con la de poco usados—.
martingala.- Vocablo con varios significados. El más extendido es el de artimaña, astucia o artificio para engañar a alguien. También tiene el sentido de tontería o cosa sin importancia. Asimismo, es el nombre que recibe un lance del juego de cartas conocido como monte, y antaño designaba además a una pieza que cubría una abertura practicada en la parte trasera de las calzas.
Si nos trasladamos a la otra orilla del castellano vemos que en Argentina y en Uruguay se emplea para referirse tanto a una tira de tela que se coloca en la parte posterior de chaquetas o abrigos a la altura de la cintura, para entallarlos o como adorno, como a una correa con dos argollas por la que se pasan las riendas para evitar que las caballerías cabeceen.
Procede del francés martingale, probablemente resultante de la inserción de una n en el provenzal martegalo, femenino de martegal ‘habitante de Martigues’. Debido a la posición aislada de esta ciudad, a orillas del Étang de Berre —que es, tras el Mar Menor, la laguna costera de agua salada más grande de Europa—, sus habitantes alcanzaron fama de ingenuos, raros, extravagantes y de conservar antiguas vestiduras y costumbres.
La cita de hoy
«Es muy posible que así como ahora se tiran las calles siniestras, con el tiempo se construyan para atracción de forasteros».
Pío Baroja
El reto de la semana
¿Con qué fiesta, propia de algunos días festivos del año y que resulta un falso aumentativo podíamos haber culminado el paseo de hoy?
(La respuesta, como siempre, en la página ‘Los retos’)
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