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No hace tantos años un joven Ramoncín se podía permitir el lujo de epatar a los asombrados viajeros al subir al metro con un periódico chino y fingir durante todo el trayecto que lo iba leyendo. Mucho han cambiado las cosas en España desde entonces, pues hoy en día hasta se celebra públicamente –como ha ocurrido esta semana- la llegada del Año Nuevo chino.

El pasado lunes, 8 de febrero, ha comenzado el año 4714 chino. La astrología china, el sistema zodiacal más antiguo del mundo, divide el calendario en periodos de sesenta años, cada uno dividido en dos ciclos separados pero que se influencian mutuamente: 1) Los cinco elementos: madera, fuego, tierra, metal y agua; 2) Los doce signos de animales: rata, búfalo, tigre, conejo, dragón, serpiente, caballo, cabra, mono gallo, perro y cerdo. El año que iniciamos ahora es el del Mono de Fuego.

Para superar nuestro mono palabreril, pasearemos hoy –a modo de trampantojo una vez más- por cinco voces del mismo que, como ya nos ocurriera con Un paseo con toda la barba… o no, o con monosabio no tienen que ver con lo que podría parecer a primera vista. No olvidemos que el objetivo de estas excursiones semanales no es otro que el de disfrutar jugando con las palabras.

monofisita.- Adepto a la doctrina de que Cristo no tuvo dos naturalezas tras su encarnación –una humana y otra divina- solo una: la divina. Si bien fue declarada como herejía en el Concilio de Calcedonia –año 451-, su influencia ha llegado hasta hoy, especialmente en las iglesias copta, siria y armenia. Procede del latín antiguo Monophysīta, que lo hace del griego bizantino Monophysítēs, compuesto de mono– ‘mono-’, ‘uno solo’, phýsis ‘naturaleza’ e itēs- ‘-ita’. Uno de sus más conocidos representantes fue el monje Eutiques, por lo que esta corriente es también denominada generalmente eutiquianismo, voz que tiene su propia entrada en el DRAE.

kimono o quimono.- Palabra con doble sentido en el Diccionario académico. Por una parte, es una túnica de origen japonés, o hecha a su semejanza, usada principalmente por las mujeres en casa, abierta por delante y que se ciñe mediante un cinturón, cruzándola. En 2001 -22.ª edición- se añadió la acepción de vestimenta para la práctica de las artes marciales. Deriva del japonés kimono, compuesto de ki ‘llevar puesto’ y mono ‘cosa’. Al castellano llegó desde el portugués, donde la forma quimão aparece ya documentada en 1544. En algunos países americanos se emplea también la forma femenina: kimona o quimona.

flemonoso.- O también flegmonoso, es lo referido al flemón, un término médico que sirve para designar a una inflamación del tejido conjuntivo en cualquier parte del cuerpo, aunque, fuera del ámbito técnico, designa solo la de la encía. Tiene su origen en el latín phlegmon y este lo halla en el griego phlegmonḗ ‘tumor, inflamación aguda’. Hasta 1992 el DRAE albergaba también la forma flegmón y hasta 1791 la acepción de esputo, como aumentativo de flema.

colemono.- Bebida chilena compuesta de aguardiente, leche, café, azúcar y especias –nuez moscada; clavo; canela-. Es tradicional en la época de Navidad. Hay varias versiones sobre el origen del nombre. La más generalmente aceptada es la de que el presidente Montt (1906-1910) tras una cena a la que había sido invitado, manifestó su deseo de retirarse, reclamando su colt,  que había dado a guardar a uno de sus amigos. Como estos no querían que marchase, pues llovía torrencialmente, afirmaron no encontrarlo. Montt se avino a quedarse, pero como se habían acabado los vinos y licores, se improvisó la bebida añadiendo aguardiente a una jarra de café con leche. Bautizada como Colt de Montt por la anécdota en que tuvo origen, los efectos o defectos de la pronunciación popular acabaron convirtiéndola en col’e mon o colemono.

monoceronte.- O también monocerote. Procede del latín tardío monocěron y este del griego monókerōs, compuesto con monos ‘uno’ y la raíz de kéras ‘cuerno’. Otro nombre para designar al unicornio, el animal fabuloso con forma de caballo y un cuerno recto en mitad de la frente, apéndice del que se aseguraba que tenía propiedades para contrarrestar los efectos del veneno. Aun en el siglo XVI, el naturalista Conrad von Gesner, en  su Historia Animalium –considerada el principio de la zoografía moderna- no cuestiona su existencia, aunque admite que la ilustración que realiza está basada en descripciones literarias y no en observación científica.

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La cita de hoy

“Los monos son superiores a los hombres en esto: cuando un mono se mira en un espejo, ve un mono”

Malcolm de Chazal

El reto de la semana

¿Por qué es hoy más evidente que nunca que estos son paseos en un solo idioma?

(La respuesta, como siempre, en la página de ‘Los retos’)