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Ahora que nos encontramos en el inicio del curso, parece buen momento para echar un vistazo a algunos de los fallos que todos cometemos al utilizar nuestra lengua e intentar corregirlos. Sí, he dicho todos. Incluso aquellos…

Y es que el paseante recuerda la ocasión en que un alto cargo le emplazó como testigo al afirmar en una reunión: “Yo leo mucho. Él os lo puede decir”. El mismo que en las últimas semanas había confundido en sendas intervenciones radiofónicas ‘oír’ con ‘escuchar’, ‘vergonzante’ con ‘vergonzoso’ y ‘detentar’ con ‘ostentar’.

Paseemos hoy, de la mano de expertos como Lázaro Carreter o Javier Marías, por cinco términos que con frecuencia encontramos utilizados de manera impropia en conversaciones, medios de comunicación, o publicaciones diversas.

cerúleo.- Del latín caerulĕus, derivado de caelum ‘cielo’.  Parte integrante del vocabulario culterano, este cultismo no hace referencia al color de la cera o a lo que tiene un aspecto similar al de ella, sino al color azul propio del cielo despejado, o de la alta mar o de los grandes lagos.

detentar.- Poseer o retener algo –especialmente un poder, un cargo o un título- ilegítimamente. Por lo tanto, no es procedente utilizar este verbo cuando la posesión es legítima. En muchas ocasiones se confunde con ‘ostentar’. Proviene del latín, donde detentare ya significaba ‘retener algo sin derecho’.

onomástica.-  Como sustantivo,  significa el día en que una persona celebra su santo, por lo que no hay que confundirlo –lo que ocurre con frecuencia- con el cumpleaños. Además, se felicita a alguien en su onomástica y no por su onomástica. En América se emplea en masculino: ‘onomástico’.

piafar.- Palabra de origen incierto, probablemente onomatopéyico. Algo que, como escribe Marías, ‘hacían los caballos en las novelas antiguas’ y que no es, como habitualmente se cree, ‘resoplar’, sino alzar el animal una de sus manos –los pies delanteros- haciéndola caer con fuerza y rapidez, golpeando el suelo.

singladura.- Aunque suele emplearse con el significado de ‘trayectoria’ -en ocasiones, incluso muy larga-, en realidad es la distancia que recorre una nave en 24 horas -o un intervalo de esa duración-, que ordinariamente empiezan a contarse desde mediodía. Deriva de ‘singlar’ –navegar-, que llegó a nuestro idioma desde el francés.

La cita de hoy 

“Cuiusvis hominis est errare, nullius nisi insipientis in errore perseverare”

(Cualquiera puede equivocarse; sólo los insensatos perseveran en el error).

 Marco Tulio Cicerón

El reto de la semana

¿Qué palabra de origen marinero se utiliza de manera reiterada para hacer referencia, de manera incorrecta, a la corpulencia o estatura de alguien?