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Se permitió el paseante esta semana el lujo de darse una vuelta por tierras portuguesas y disfrutar tanto de los hermosos paisajes de la Serra da Estrela como de las tiernas pataniscas de bacalao y el sabroso arroz con costilla que constituyeron su refacción.

Volver a Portugal conlleva asimismo el placer de poder apreciar de nuevo el comedimiento de sus gentes; dejarse abrazar  una vez más por la cadencia de un idioma en cuyas conversaciones ‘gracias’ y ‘por favor’ aparecen repetidamente; gozar de la sensación de estar viviendo una especie de paréntesis en el tiempo…

Y como lo nuestro son las palabras, recorreremos hoy cinco de ellas llegadas a nuestro idioma desde el portugués, con la particularidad -como ya vimos en su día con biombo– de que esta lengua ha ejercido meramente de transporte desde orígenes más remotos.

abada.- Otro nombre del rinoceronte, el mamífero caracterizado por el cuerno o cuernos situados sobre su hocico, empleados como remedio en la medicina china tradicional. Del portugués abada, y este del malayo badaq, el Diccionario recoge también la forma bada, la usada por Covarrubias en su Tesoro de la lengua castellana.

canaco.- Del portugués canaco y este del hawaiano kanak ‘hombre’, nombre que se aplican a sí mismos los habitantes de las islas Hawái. Así los denomina Vicente Blasco Ibáñez en ‘La vuelta al mundo de un novelista’. En francés, sin embargo, canaque hace referencia a los nativos de Nueva Caledonia y a lo referente a estos pueblos.

tifón.- Del portugués tufão, este del urdu ṭūfān ‘inundación’, y este del griego typhōn ‘torbellino’. El DRAE, que recoge el término desde 1780,  indica que es un huracán –viento temible y muy impetuoso que gira en grandes círculos- en el mar de la China o una manga, columna de agua que se eleva desde el mar con movimiento giratorio.

jangada.- Tiene como primera acepción la de balsa, plataforma flotante formada originariamente por maderos unidos. Del portugués jangada ‘almadía’ y este del malabar čaṅgāḍam. También da nombre a una salida o idea necia e ineficaz o fuera de tiempo y, coloquialmente, a una mala acción de alguno, a una trastada.

alecrín.- Palabra que sirve para designar tanto a un escualo del mar de las Antillas, carnicero y muy voraz, como a un árbol verbenáceo de América Meridional, de madera semejante a la caoba. Del portugués alecrim, este del árabe hispánico aliklíl, abreviación de iklíl almalik ‘corona del rey’, y este del árabe clásico iklīl ‘corona’.

La cita de hoy

“El pueblo portugués es esencialmente cosmopolita. Nunca un verdadero portugués era portugués: siempre era todo”

Fernando Pessoa

 

El  reto de la semana

¿Con qué tipo de zapatos –que en la infancia del paseante se asociaban a los domingos y días de fiesta- habría sido lógico emprender el paseo de hoy?