Esta semana un buen amigo me ha regalado un libro de ilusionismo, y ese hecho nos ha encaminado hacia el País Vasco. Puede que la conexión sorprenda a más de uno, pero ya sabemos que estos paseos no siempre discurren por la senda prevista…

 Lo cierto es que el libro se titula ‘Aquelarre’, lo que me ha llevado a pensar en más palabras procedentes de un idioma al que la propia Real Academia Española rindió homenaje, en marzo de 2012, con una sesión institucional en su propia sede.

Paseemos, pues, por verdes valles y colinas rojas –que diría Ramiro Pinilla-, para encontrar cinco voces de nuestro idioma procedentes del euskera, o eusquera, o vasco, o vascuence, o vascongado, o éuscaro, que todas esas formas recoge el DRAE.

aquelarre.- Del vasco akelarre ‘prado del macho cabrío’. Reunión nocturna de brujos y brujas, en la que supuestamente interviene un demonio, de ordinario en esa forma de macho cabrío. Una de las ‘Pinturas negras’ que Goya realizó en la llamada Quinta del Sordo es conocida,  precisamente, como “El aquelarre” o “El Gran Cabrón”.

chirimbolo.- Hace referencia a un objeto de forma complicada que no se sabe  nombrar, o a uno de forma redonda, o, coloquialmente, a un utensilio, vasija o cosa análoga. El DRAE le atribuye origen vasco –chirimbol ‘rodaja’, ‘bola’-, aunque con fecha de caducidad, ya que en la próxima edición aparecerá como ‘de origen incierto’.

etarra.- Perteneciente a la organización terrorista ETA (Euskadi Ta Askatasuna, ‘País Vasco y Libertad’). Una de esas palabras que muchos, tal vez, preferirían no ver en el diccionario, pero que demuestran que la función de la RAE consiste en recoger los términos que estima suficientemente instalados en el uso y habla de los ciudadanos. 

bacalao o bacallao.- El DRAE hace proceder el nombre de este pez teleósteo del vocablo vasco bakailao, que a su vez encontraría su origen en el neerlandés antiguo bakeljauw. Esta forma se ha impuesto, arrumbando al más quijotesco ‘abadejo’, término que, curiosamente, utiliza el propio diccionario para definir el ‘bacalao al pilpil’.

guiri.- Aunque su acepción más empleada hoy sea la que designa coloquialmente a un turista extranjero, su origen se encuentra en las guerras civiles del siglo XIX. Es un acortamiento del vasco guiristino ‘cristino’, nombre con el que los carlistas designaban a los partidarios de la reina Cristina, y después, por extensión, a todos los liberales. 

La cita  de hoy 

“El euskera no es un muro, es un puente” 

Blanca Urgell

El reto de la semana 

¿Qué “deporte universitario” –así está considerado, oficiosamente al menos, en nuestro país- no puedes practicar sin emplear palabras de origen vasco?