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No dejará de resultar sorprendente encontrar en el título de este paseo esas dos preposiciones seguidas, lo que encaja bien con el espíritu que guía nuestros pasos esta semana, motivado por un descubrimiento gastronómico que constituyó una muy grata sorpresa para el paseante.

Grata por varios motivos: por tratarse de su querida Salamanca; por conocer un restaurante ‘neonato’ –algo más de medio año de vida- con una excelente cocina de mercado que no se conforma con seguir la rodada tradicional y se abre a nuevas experiencias; por lo gratificante que resulta, en estos tiempos de hastío y pesimismo institucionalizados, encontrar proyectos nuevos en los que la ilusión es palpable; por la conexión que le trasladó hasta su no menos querido León, donde antes trabajaban Rocío y Alberto, los artífices de una apuesta que es ya una realidad…

Nuestro homenaje de hoy a estos dos jóvenes y muy preparados emprendedores se materializa en forma de paseo por cinco términos – que además comienzan por la misma letra- extraídos del menú de inspiración oriental con el que han querido celebrar la llegada del año del mono y que nos llevan en esta ocasión más allá de las lindes de este jardín que es nuestro diccionario.

marmitako.- El plato marinero por antonomasia en el norte de España, es un guiso cuyos principales ingredientes son atún blanco o bonito; patatas; pimientos –verde y choricero- y tomate, si bien existen multitud de variantes. Es una de esas comidas que recibe el nombre del recipiente en que se prepara: esta voz vasca, no incluida en el DRAE aunque sí en diccionarios de uso como Moliner o Seco –en este además con la grafía marmitaco también- , significa literalmente ‘de la marmita’, que es un tipo de olla con tapadera ajustada. Al castellano llegó desde el francés marmite, con el mismo significado, con un curioso origen: está compuesta con  mite, que es una forma popular de nombrar al gato y la forma onomatopéyica marm-, que expresa murmullo.

miso.- Palabra japonesa compuesta por mi ‘sabor’ o ‘condimento’ y so ‘fuente’, por lo que vendría a significar ‘fuente de sabor’, que da nombre a una pasta espesa que sirve para condimentar diversos alimentos y que mezclada con caldo dashi da lugar a la conocida sopa de miso. Se obtiene fermentando semillas de soja con sal y el hongo Aspergillus oryzae, conocido en Japón como kōji, añadiéndose en ocasiones otros ingredientes, como arroz, trigo, cebada… El Diccionario académico incluye desde 1970 una palabra homógrafa, que es una interjección coloquial para llamar al gato.

mango.- De las tres palabras con la misma grafía que podemos encontrar en el DRAE nos ocupamos aquí de la que designa a un árbol de las anacardiáceas, originario de la India oriental y muy extendido por América, así como a su fruto, de colores que van del verde al rojo o morado, de forma ovoide, aromático y cuya pulpa es carnosa y de sabor agradable. El término procede del inglés mango, que lo tomó del portugués manga –si bien en esa lengua solo nombraba al fruto- y este a su vez del tamul mānkāy. En Puerto Rico es denominado mangó.

merluza.- Pez marino muy apreciado por su carne y frecuente en las costas españolas. Se emplea también de manera coloquial para referirse a una borrachera. El origen de la palabra es incierto y así lo indica el DRAE, aunque en distintas ediciones haya presentado como etimologías el francés merluche o los latinos merŭla y maris lucĭus. Es  posible que naciera en Francia como resultado de un cruce entre merlan ‘pescadilla’ –derivado de merle con la adición de –enc sufijo de procedencia germánica- y el antiguo francés lus –o luz-, derivadas del latín lucius ‘lucio’. En este sentido cabe recordar que el Diccionario recoge también el término luz como una forma desusada de llamar a la merluza.

matcha.- Voz japonesa formada a partir de matsu ‘frotar’ y cha ‘té’. Es el polvo finamente molido de un té verde especialmente cultivado y procesado: las plantas son cubiertas, protegiéndolas de la luz del sol, durante unas tres semanas antes de la cosecha y durante su procesamiento se retiran los tallos y nervios de las hojas. La tradicional ceremonia japonesa del té se centra en su preparación, servicio y degustación, siguiendo unas estrictas reglas protocolarias. Este vocablo no se encuentra en nuestros diccionarios –en inglés, el Oxford English Dictionary lo incorporó en 2015- pero no resulta un desconocido para los hispanohablantes, dado el auge de su consumo, bien bebido, bien como ingrediente de recetas de todo tipo, especialmente de repostería.

 

La frase de hoy

“Por los pequeños placeres que llevan su tiempo”

 En la Parra

El reto de la semana

¿Con qué bebida, también de procedencia oriental y que -¡esta sí!- aparece en el DRAE, sería lógico brindar por el éxito de nuestro paseo y de este proyecto gastronómico?

(La respuesta, como siempre, en la página de ‘Los retos’)