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Comenta de vez en cuando el paseante que le resulta difícil encontrar una persona o una situación que le deje sin palabras, esas amigas inseparables con las que juega, rima, sueña… Ahora bien, está claro que difícil no es sinónimo de imposible, como muy bien ha podido comprobar esta semana con motivo de su cumpleaños.

Mudo quedó por la emoción, sí, pues la celebración consistió en un viaje sorpresa -se enteró del destino al ir a embarcar en el avión- que incluyó, tras aterrizar en el aeropuerto bergamasco, una comida a orillas del lago Como y una estancia en Milán que, tras disfrutar de la ciudad, desde la plaza del Duomo hasta los navigli, los canales que conectaban la ciudad con los lagos Maggiore y Como y con el río Ticino, pasando por el elegante barrio de Brera, tuvo como guinda del pastel la asistencia a la representación de las mozartianas Le nozze di Figaro en el Teatro alla Scala. Todo ello en inmejorable compañía, para conformar una de esas experiencias que resultan de todo punto imposible reflejar solo con palabras.

Dispongámonos ya a pasear, no por las calles de la ciudad que fundaron los romanos con el nombre de Mediolanum, sino por cinco palabras de nuestra lengua relacionadas con esta urbe que aún conserva las huellas históricas y artísticas del periodo en que estuvo bajo dominio español (1525-1713).

milán.-. Tejido de lino que se fabricaba en esta ciudad italiana. El DLE lo incorporó en su edición de 1803, aunque  sin tilde, apareciendo con su grafía actual a partir de la de 1884. Lope de Vega hace referencia a él en algunas de sus obras, como en La Dorotea y ¡Ay, verdades, que en amor…! En Madrid existió al menos hasta el siglo XVII, como nos recuerda el hispanista Alessandro Cassol, el llamado ‘Callejón de los Milaneses’, en el que se distribuían y se vendían las manufacturas procedentes de la capital lombarda. A su vez, Covarrubias -1611- escribía que “llamamos tienda de Milanes el aposento que tiene muchas y varias curiosidades quales se traen de Milan” (sic). El Diccionario académico recoge también hoja de Milán –una forma desusada de llamar a la hojalata– y mosca de Milán, un parche elaborado con unos insectos llamados cantáridas que se aplicaba a los enfermos.

fascismo.- Movimiento político y social de carácter autoritario que dominó Italia entre 1922 y 1943 y, por extensión, actitud antidemocrática y autoritaria que se considera relacionada con el mismo. Benito Mussolini creó en Milán, en marzo de 1919, los Fasci italiani de combattimento, embrión del posterior Partido Nacional Fascista. Deriva del italiano fascio y este del latín fascis ‘haz’. Fascista es el partidario del mismo. El DLE recoge además las voces antifascismo y antifascista; neofascismo ‘movimiento político de la segunda mitad del siglo XX basado en aquella ideología’; fascistizante ‘que tiende a fascistizar’; y los adjetivos con matiz despectivo facha y facho -utilizado en América-, diminutivos de fascista. El Diccionario de americanismos registra el uso de fachista referido a ideas reaccionarias.  Por su parte, Seco muestra además términos como  el verbo fascistizar  ‘dar carácter fascista a alguien o algo’ y su acción: fascistización, así como los adjetivos -también utilizados como nombres- fascistón, también con claro matiz despectivo, y fascistoide ‘que tiende a fascista’.

lombardo.- Del latín tardío Longobardus ‘longobardo’, por reducción. Antiguamente hacía referencia a este pueblo germánico que invadió Italia en el siglo VI, para terminar designando a los naturales de Lombardía, la región de la que Milán es capital; al dialecto que se habla en ella y a lo relativo o perteneciente a ellos. Además, como señala Corominas, ha servido en nuestra lengua para denominar diversos objetos inventados en Italia o provenientes de allí: en masculino, a un tipo de banco de crédito; en femenino, lombarda da nombre a una res vacuna castaña, a una variedad de berza semejante al repollo, con un color que tira a morado -Diego Granado habla de berzas milanesas en su Libro del arte de cocina (1577)- y a un antiguo cañón de gran calibre -de donde bombarda, influido por bomba, con el mismo significado y también nombre genérico dado a las antiguas piezas de artillería-, así como al proyectil esférico que disparaba.

milanesa.- Además del gentilicio de las naturales del lugar, da nombre a un filete de carne empanado -o apanado, como se dice también en algunos países latinoamericanos-, es decir, rebozado en pan para freírlo. Esta acepción llegó al DLE en 1970, con la marca de argentinismo, que hoy ya no ostenta. Es plato de gran predicamento en esa nación americana -donde incluso se celebra el 3 de mayo el ‘Día de la Milanesa’ o mila, como es popularmente conocida- y otras de la zona, adonde llegó con las grandes inmigraciones de italianos en el siglo XIX. No obstante el nombre, su procedencia sigue siendo discutido, pues podría proceder de Austria -es muy similar al schnitzel vienés-, bajo cuyo dominio estuvo Milán prácticamente todo el siglo XVIII. En esa desconocida procedencia puede estar el origen de la locución la verdad de la milanesa, utilizado para hacer una aclaración, asegurar la veracidad de algo o desmentirlo contundentemente. A su vez, en lunfardo, una milanesa es una mentira, un engaño.

barnabita.- Adjetivo -que se utiliza también como sustantivo- aplicado a los miembros de la Orden de los Clérigos Regulares de San Pablo, así como a lo relativo o perteneciente a la orden  o a sus integrantes. Fundada por el médico y sacerdote Antonio María Zaccaria -que sería canonizado en 1897-, recibió la aprobación pontificia en 1533. Derivado del latín Barnāba ‘Bernabé’, por alusión a la conocida como Iglesia de San Bernabé -aunque también está consagrada a san Pablo- de Milán, construida como iglesia madre de la congregación en 1561. En la forma que hoy se emplea es recogido por vez primera por el DLE, al igual que el anterior, en 1803, apareciendo en plural, barnabitas, en las ediciones publicadas en 1783 y 1791. En ocasiones se ha utilizado también bernabitas, como hace Eugenio Noel en Vidas de santos, diablos, mártires, frailes, clérigos y almas en pena -1916-.

 La cita de hoy

“Entraron en Milán, admiroles la grandeza de la ciudad, su infinita riqueza, sus oros, que allí no solamente hay oro, sino oros; sus bélicas herrerías, que no parece sino que allí ha pasado las suyas Vulcano; la abundancia infinita de sus frutos, la grandeza de sus templos, y finalmente la agudeza del ingenio de sus moradores”.

 Miguel de Cervantes

 

El reto de la semana

Ya que citábamos el Duomo milanés, ¿qué palabra que “tocamos” a diario relaciona a la catedral milanesa con nuestro ordenador, pasando por la ciudad de Tarragona?

 (La respuesta, como siempre, en la página de ‘Los retos’)

 

Imagen: De F l a n k e r, FaleCrown and ornaments by F l a n k e r Este gráfico vectorial fue creado con Inkscape – Trabajo propio, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=8066552