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El ex primer ministro británico Tony Blair concedió esta semana una entrevista a la CNN en la que pide perdón por los errores cometidos en la invasión de Iraq que puso fin al régimen de Saddam Husein y por la inexactitud de los informes que la motivaron.

Asimismo, doce años después de la guerra y tras cientos de miles de muertos, millones de desplazados y billones de dólares malgastados, uno de los integrantes del malhadado ‘trío de las Azores’ admite que el caos creado puede haber contribuido al surgimiento y expansión del Dáesh, el autoproclamado califato que está arrasando la región

Mientras hacemos votos para que se encuentre una solución –que se antoja lejana- al actual estado de cosas, pasearemos hoy por un paisaje mucho más apacible, el de las palabras, recorriendo cinco de ellas que llegaron a nuestra lengua desde esa zona.

baldaquino.-. Dosel o palio que se coloca sobre un trono, un altar, una cama o una sepultura. Del italiano baldacchino, derivado de Baldac, nombre medieval de Bagdad, donde se producía una tela de seda y oro, empleada en los primeros baldaquinos. El DRAE recoge también la forma baldaquín, con el mismo origen, si bien llegó al castellano desde el catalán medieval baldaquín, a través del aragonés baldaquí.

caldeo.-. Según el Diccionario académico, proviene del latín Chaldaeus, y este del griego Chaldaîos. La edición de 2001 lo derivaba a su vez del acadio kaldû, pero esa referencia ha desaparecido en la actual. Nombre de un pueblo semítico que habitó en Mesopotamia en los siglos VII y VI a. C., así como a su idioma. Antiguamente se utilizaba también para designar a los astrólogos o a los matemáticos.

zigurat.- Construcción religiosa, con forma de torre piramidal y escalonada, con muros inclinados, de base cuadrada y con terraza, propia de las culturas asiria y caldea. Procede del acadio ziggurat ‘torre’. El Diccionario panhispánico de dudas aclara que por razones etimológicas se escribe con z ante i, siendo incorrecta la forma cigurat.

muselina.- Tejido de algodón, seda o lana claro, fino, poco tupido y generalmente con apresto –con algún ingrediente, como el almidón, añadido para darle consistencia-. Del francés mousseline, adonde llegó del italiano mussolina, que a su vez lo tomó del árabe maṷṣilî ‘hecho en Mosul’, ciudad mesopotámica de donde era originaria esta tela.

cúfico.- Estilo caligráfico árabe propio de los cuatro primeros siglos del islam, de trazos muy angulosos, muy utilizado en la escritura de coranes y en la decoración arquitectónica. Del árabe clásico kūfī, gentilicio de Alkūfah, en Iraq, pues se atribuye su creación a los estudiosos de dicha ciudad Moramer Ben Marrat, Aslam Ben Sadrat y Amer Ben Giadrat.

 

La expresión de hoy

“La torre de Babel”

Alude habitualmente a un sitio en el que reinan el desorden y la confusión, aunque también se llama así, sin connotación negativa, a un lugar que reúne a personas de idiomas diferentes. Se referencia al episodio del Génesis que narra cómo, tras el diluvio, los hombres quisieron elevar una torre que llegara hasta el cielo y arrebatarle sus secretos. Dios castigó su soberbia confundiendo las lenguas que hablaban, impidiendo que se entendieran. Babel es el nombre bíblico de la mesopotámica Babilonia.

 

El reto de la semana

¿Por qué podríamos llamar fluvial a nuestro paseo de hoy –que, además, nos habría conducido hasta Argentina también?