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amish, borrominesco, calvinismo, calvinista, chevy, espagírica, gesneriácea, hugonota, hugonote, muesli, musli, pestalociano, zuingliano, zwingliano
Comenzábamos nuestro anterior paseo recordando que Suiza es un país singular ya desde sus mismos orígenes. Hay, sin embargo, un aspecto de ese momento que sí comparte con el común de las naciones: la necesidad de crear relatos fundacionales que doten de una cierta mística a su propio nacimiento.
En el caso que nos ocupa quien mejor representa el papel de héroe identitario es, sin duda, de Guillermo Tell, cuya imagen encabeza estas líneas. Poco importa que se trate de una mera leyenda, que además habría sido importada desde otras latitudes. Lo determinante era que su figura podía encajar a la perfección como símbolo del deseo natural por la libertad y dejar en evidencia la condición contra natura de la tiranía. Así lo supo ver el escritor alemán Friedrich Schiller, que transformó en un relato reconocible en la actualidad un revoltillo de hechos históricos, crónicas y antiguas narraciones, y creó con su drama Guillermo Tell (1804) el mito fundacional suizo.
Hoy no nos vamos a andar por las ramas de mitos y leyendas. Al contrario: pasearemos de la mano de personajes muy reales, aunque algún espectro puede que se nos cuele por ahí. Suizos, de nación o de adopción, que se han hecho acreedores de aparecer en el Diccionario de la lengua española bien por ser su nombre origen de alguna palabra, bien por haberla inventado, bien porque aquello a lo que dedicaron sus esfuerzos ha logrado hacerse un hueco en nuestra lengua.
Y los conoceremos un poco más, no podía ser de otro modo, al compás de la ópera, la última que compuso, que Rossini dedicó al ballestero suizo que hoy nos ha servido para introducir este paseo, cuya archiconocida obertura seguro que está comenzando ya a resonar en nuestras cabezas.
calvinismo.- Jean Calvino (1509-1564) es una de las figuras señeras de la Reforma. Nacido en Francia, cuando se vio obligado a abandonar su país terminó por asentarse en Ginebra, a la que convirtió en la ciudad faro del protestantismo y donde estableció el primer modelo de las Iglesias reformadas. El propio Museo Nacional de Zúrich lo considera una de las figuras clave que han moldeado las distintas identidades de Suiza.
Según el DLE calvinismo essu doctrina y la comunidad de sus seguidores. Hasta 1984 incluía en la definición términos como «herética» y «secta», una muestra más de que el diccionario va evolucionando —aunque, todos lo sabemos, no siempre a la misma velocidad— según lo hace la propia comunidad de usuarios del idioma.
calvinista.- Se predica tanto del seguidor del calvinismo como de lo perteneciente o relativo a él. En tiempos se empleaba en castellano, y así aparece reflejado en el Diccionario de autoridades (1729), una palabra homógrafa que hacía referencia, en tono jocoso, a alguien calvo. La relación de este otro término con nuestro personaje viene de la homonimia parasitaria —la misma que relaciona a Paganini con pagador, por ejemplo—, que permitió a autores como Quevedo o Lope de Vega utilizarla en sus escritos haciendo un juego de palabras con el que tiene origen en el teólogo.
hugonote.- Seguidor de Calvino en Francia, aunque en ese país se emplea por extensión para referirse familiarmente a los protestantes en general. En un principio tenía carácter peyorativo.
Tomado del francés huguenot ‘partidario de la unión de Ginebra con Suiza’, alteración del alemán Eidgenosse ‘confederado’, influido por el nombre de Bezanson Hugues (1491-1532 o 33), jefe del partido suizo en Ginebra a principios del siglo XVI.
Otra teoría sitúa el origen de la palabra en Tours, donde, según las crónicas de entonces, la gente oía hablar de esos eyguenots sin conocer su significado, y terminaron por vincular la palabra con un tal rey Hugon o Huguet, fantasma nocturno del imaginario popular.
hugonota.- Existe también el femenino de este vocablo, aunque, como vimos que ocurría con burgomaestra, se utiliza también más la forma masculina al referirse a la mujer.
Sí se emplea en cruz hugonota, emblema protestante en Francia. Es una cruz de ocho puntas cuyos brazos están unidos por flores de lis y de la que pende una paloma, símbolo del Espíritu Santo.
Y también en el nombre de una antigua receta: los huevos a la hugonota, plato en el que estos se cocinan en caldo de cordero. Tomás de Iriarte (1750-1791) los cita en su fábula XII, titulada Los huevos.
zuingliano.- Partidario de Zuinglio o perteneciente o relativo a su doctrina.
Esta palabra nunca llegó a incorporarse al diccionario académico, aunque sí a otros, en ocasiones también en la forma zwingliano, ya desde el siglo xviii —Terreros y Pando (1788); Zerolo (1895); Pagés (1931), entre ellos—, y fue empleada por autores de la talla de Marcelino Menéndez Pelayo, que la utiliza en su Historia de los heterodoxos españoles (1880-1882).
Uno de los padres de la Reforma, la figura de Huldrych Zwingli, o Ulrico Zuinglio castellanizado (1484-1531), y el estudio de su teología, se ha visto históricamente eclipsada por las de Calvino y Lutero. De tendencia humanista y racionalista, defendía el libre albedrío; consideraba el pecado original más como una enfermedad moral que como una falta punible y, tal vez lo más destacado de su planteamiento, negaba que Cristo se encontrara en forma alguna en la eucaristía, que sería un mero acto simbólico y recordatorio.
amish.- Seguimos en el mundo de las creencias, y de la Reforma, con una palabra recién llegada al DLE: se incorporó en la última edición, la del tricentenario (2014). Quienes ya peinen canas hace algún tiempo seguro que la asociarán enseguida a la película de Harrison Ford Único testigo —Testigo protegido en Hispanoamérica— (1985).
Se aplica a quien pertenece a una comunidad protestante emparentada con los menonitas y establecida principalmente en los Estados Unidos de América, que se rige por normas estrictas y rechaza las comodidades y tecnologías modernas.
Del inglés Amish, y este del alemán amisch, derivado de Jakob Amman (1644-a. 1730), líder anabaptista suizo al que se considera fundador de este movimiento, que se caracteriza por una interpretación estricta de la doctrina del aislamiento social con el fin de evitar la «contaminación» con la sociedad y sus tentaciones.
gesneriácea.- En una de esas definiciones que nos dejan con la boca abierta a quienes somos profanos en la materia, el Diccionario de la lengua española nos dice que este adjetivo se aplica a una planta del grupo de las angiospermas dicotiledóneas, herbácea, rara vez leñosa, afín a las escrofulariáceas y orobancáceas, de las que difiere por ciertos caracteres morfológicos de sus ovarios, que vive casi siempre en países intertropicales, y en ocasiones es ornamental y muy apreciada en jardinería.
Debe su nombre a Conrad Gessner (1516-1565). Natural de Zúrich, donde también falleció víctima de la peste mientras ejercía como médico municipal, algunas fuentes aseguran que fue ahijado del mismo Zuinglio. Uno de los botánicos más destacados del siglo xvi, este polímata está considerado además como el padre de la Bibliografía y el fundador de la Zoología.
muesli o musli.- Ambas formas cuentan con el aval académico desde que fueron incluidas, simultáneamente, en la última edición.
Se trata de un alimento elaborado con una mezcla de cereales, frutos secos y otros ingredientes, como frutas deshidratadas. Se consume mayormente, aunque no de manera exclusiva, en el desayuno.
Etimológicamente procede del suizo-alemán Müesli, y este del diminutivo de Mues ‘puré, papilla’. Probablemente sea la única palabra del alemán de Suiza que ha pasado a formar parte del vocabulario de numerosas lenguas.
Fue creado por el médico y nutricionista pionero —abogaba por una dieta equilibrada alta en frutas, verduras y alimentos crudos— suizo Maximilian Bircher-Benner (1867-1939), motivo por el que también es conocido como Birchermüesli o muesli de Bircher.
chevy.- El Diccionario de Americanismos recoge que es una manera, ya obsoleta, de denominar a los taxis en Cuba.
Palabra de origen inglés, comenzó a utilizarse en torno a 1938 como una forma familiar de referirse a los automóviles de la marca estadounidense Chevrolet.
La compañía se fundó en 1911 por iniciativa de Louis Chevrolet y William Durant. En 1919 fue adquirida por General Motors, de cuyo grupo sigue formando parte un siglo después.
Louis Joseph Chevrolet (1878-1941) nació en La Chaux-de-Fonds, donde también lo haría otro suizo de fama mundial: Le Corbusier. Mecánico de gran destreza, y audaz piloto de carreras que batió el récord de la milla, cedió a su socio el uso exclusivo del nombre Chevrolet, con un amargo colofón: el éxito de la firma no tardó en llegar y nuestro protagonista no obtuvo un solo dólar por ello.
pestalociano.- El DLE define este adjetivo, desde su edición de 1925 y sin haber cambiado una sola coma, como lo perteneciente o relativo a Pestalozzi, pedagogo suizo, y a su método de enseñanza.
Al contrario de la propuesta rousseauniana de la teoría idealizada, Johann Heinrich Pestalozzi (1746-1827), zuriqués como Gessner, experimentaba su teoría y la obtenía a su vez a partir de la práctica en las escuelas que fundó.
La base de su renovación pedagógica consistió en una concepción integral de la educación a partir del conocimiento profundo de la naturaleza humana. Ese proceso debía abarcar tres dimensiones humanas, identificadas con la cabeza, el corazón y la mano, de manera tal que se alcanzara el objetivo de una formación que fuera también de carácter triple: intelectual, moral y física. Dado que alcanzar esa meta dependía de una trayectoria íntima, en sus escuelas no había pruebas, notas, castigos o recompensas.
borrominesco.- Término para referirse a lo perteneciente o relativo a Francesco Borromini, arquitecto italiano del siglo xvii, o a lo propio de él.
Francesco Castelli (1599-1667) nació en Bissone, actual cantón de Tesino. Comenzó a firmar como Borromini, según algunos por la devoción que profesaba, pues era sumamente religioso, a san Carlos Borromeo, para diferenciarse de otros arquitectos y maestros de obra en Roma que se apellidaban como él.
Uno de las representantes más destacados del Barroco, desarrolló la mayor parte de su carrera en la Ciudad Eterna, donde sus construcciones atraían la atención por su creatividad y la audacia de sus novedosas formas. Su vida y su obra se vieron marcadas por su relación con otro grande de la época, Bernini, con quien colaboró en un principio y mantuvo después una profunda enemistad.
espagírica.- Como sustantivo hace referencia al arte de depurar metales, mientras que como adjetivo se aplica, además de a lo relativo o perteneciente a ella, a un medicamento preparado con sustancias minerales o a una persona defensora del empleo y sabedora de la elaboración de dicho tipo de medicamentos.
Del latín moderno spagiricus, y este a partir del griego spân ‘extraer’ y ageírein ‘recoger’; literalmente ‘que recoge extrayendo’.
Aunque esta voz figura en el diccionario académico desde 1791 hubo que esperar hasta la última edición para que Paracelso figurara en él como su inventor.
Philippus Theophrastus Aureolus Bombast von Hohenheim —su nombre real— (1493-1541), nació en Einsiedeln, donde Zuinglio fue predicador algún tiempo. Médico, alquimista, filósofo y astrólogo, fue uno de los pioneros de la revolución de la medicina del Renacimiento y en el uso de productos químicos y minerales en ella.
La cita de hoy
«En Italia, en treinta años de dominación de los Borgia, hubo guerras matanzas, asesinatos… Pero también Miguel Ángel, Leonardo y el Renacimiento. En Suiza, por el contrario, tuvieron quinientos años de amor, democracia y paz. ¿Y cuál fue el resultado? ¡El reloj de cuco!».
El tercer hombre
El reto de la semana
¿Qué tres palabras podemos encontrar en el DLE cuyo origen se encuentra en el nombre de un filósofo que ejerció gran influencia sobre Zuinglio, y cuyos restos reposan en Suiza pese a no ser natural de este país?
(La respuesta, como siempre, en la página ‘Los retos’)
Buenos días Sollastre, este nuevo paseo por Suiza «se me ponen los dientes largos» y las entradas del diccionario me han parecido muy interesantes. Y contigo siempre aprendemos mucho. Cada día más. Un abrazo. Seguimos en contacto.
Hola, Esperanza. Gracias. Una de las muchas virtudes del diccionario: siempre logra que nos entren ganas de aprender ―y, por lo tanto, de disfrutar― más. Y compartir lo que aprendemos hace que también lo disfrutemos aún más. Abrazo GRANDE y te esperamos para cerrar la trilogía suiza.