Se preguntaba hace poco el paseante en un tuit –palabra que ha sido incluida en la última edición del DRAE, igual que tuitear, tuiteo y tuitero– si todavía quedará por ahí algún osado capaz de decir, refiriéndose a una mujer: “La conozco perfectamente”.
Esta reflexión más bien retórica le llevó, mutatis mutandis, a establecer un paralelismo con las palabras y la dificultad que entraña aseverar que se conoce absolutamente todo de ellas: Su evolución histórica, los contextos de uso –incluidos los erróneos o desaconsejados-, la variedad de acepciones en algunos casos…
Con el objeto de profundizar un poco más en el conocimiento de algunos términos, pasearemos hoy no por cinco de ellos, como suele ser habitual, sino por cinco de sus significados, verdaderamente distintos y distantes del más común y conocido de ellos.
racional.- Ornamento sagrado que llevaba puesto en el pecho el sumo sacerdote de la ley antigua, y que era un paño como de una tercia en cuadro tejido de oro, púrpura y lino finísimo, con cuatro sortijas o anillos en los cuatro ángulos. En medio tenía cuatro órdenes de piedras preciosas, cada uno de a tres, y en ellas grabados los nombres de las doce tribus de Israel.
mazapán.- Pedazo de miga de pan con que los obispos se enjugaban los dedos untados del óleo que habían usado al administrar el bautismo a los príncipes. Por lo regular estaba revestida o envuelta en una tela rica o en un bizcocho o mazapán cilíndrico y perforado en el centro.
amarillo.- Adormecimiento extraordinario que los gusanos de seda, cuando son muy pequeños, suelen padecer en tiempo de niebla. Este significado como sustantivo aparece ya en la edición de 1770 del Diccionario de Autoridades, que incluía incluso su versión en latín: Morbus soporiferus nebuloso tempore bombycibus nocens.
corona.- En marina, es el nombre que recibe un cabo grueso, fijo por el seno, esto es, por el medio de su largo, en la garganta o extremidad del palo, y que en sus chicotes o extremidades tiene unos grandes motones, por los que se guarnen aparejos reales para reforzar la obencadura.
rosario.- Máquina elevadora, compuesta de unos tacos forrados de cuero o de unos cubos, sujetos de trecho en trecho a una cuerda o cadena, los cuales entran sucesivamente muy ajustados en un cañón vertical cuya base está sumergida en el depósito, y dan vueltas sobre una rueda como los arcaduces de la noria.
La cita de hoy
“-Cuando yo uso una palabra –insistió Humpty Dumpty con un tono de voz más bien desdeñoso- quiere decir lo que yo quiero que diga…, ni más ni menos.
-La cuestión –insistió Alicia- es si se puede hacer que las palabras signifiquen tantas cosas diferentes.”
Lewis Carroll
El reto de la semana
¿Por qué habría sido lógico que el paseo de hoy lo hubiéramos realizado con un abanico?